2016: Año convulso


Entraba dentro de las quinielas que 2016 continuase con la tendencia del final de 2015: volatilidad, incertidumbre y unas bolsas que no encuentran razones para subir. Lo cual es lógico, si tenemos en cuenta cómo finalizaba el año. En Europa, Draghi adoptó en su última reunión más medidas, en un nuevo intento de acabar con los bajos precios y dar ánimos a unos mercados que siguen mostrando una débil recuperación. Si nos trasladamos a EE UU, los últimos datos de actividad manufacturera han sido contradictorios, lo que hace que los inversores vuelvan a cuestionarse si finalmente la decisión de la Fed de comenzar con el proceso de subida de tipos fue acertada, o si por el contrario llegó antes de tiempo. Pero lo que nadie esperaba es la dureza con la que hemos inaugurado el nuevo año. Y como ya ocurrió en el pasado, China y las materias primas son señalados como los principales causantes.

El primer dato macroeconómico del año en China no podía haber sido más decepcionante, con un PMI manufacturero que marcaba en diciembre una lectura peor de la prevista: 48,2 puntos vs. 48,9 estimados, adentrándose aún más en la zona de contracción. La reacción del mercado chino no se ha hecho esperar, y el desplome de la bolsa ha llevado a que se suspenda su cotización cuando llevaba tan sólo media hora de sesión. Además, las autoridades han anunciado restricciones para los grandes accionistas, que no podrán vender más de un 1% del total de las acciones de una compañía. Las medidas no han hecho sino incrementar el clima de desconfianza. El petróleo sigue sin encontrar suelo en su vertiginoso descenso a los infiernos, cotizando en los 32 dólares, niveles no vistos desde 2004. A las perspectivas sobre una menor demanda china se suman las tensiones en Oriente Medio, que dificultan que se pueda llegar a un acuerdo para mitigar el exceso de producción.

En el caso de España sumamos a la lista una más: ¿Quién será el próximo partido gobernante? La respuesta no es clara, lo que puede pasar factura (y de las gordas) al mercado español. De lo anterior dependen un buen número de cosas; para empezar, que los inversores extranjeros (que son titulares de más del 50% de nuestra deuda y de más del 40% de la capitalización de nuestra bolsa) decidan si quieren seguir navegando en un mercado incierto o sin prefieren hacer las maletas. Los inversores buscan refugio en el oro y en bonos solventes como el alemán. Y mientras, el Ibex sigue perdiendo soportes.

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Source: The PPP Economy

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