Volskwagen se enfrenta a una oleada de demandas en Europa


La decisión de la delegación de Volkswagen en los Estados Unidos de ofrecer mil dólares a cada usuario de un vehículo que utilizara un motor contaminante para que firmara un finiquito de reclamación está consiguiendo, al menos en Europa, el efecto contrario a lo perseguido. Miles de propietarios de automóviles con motores diésel EA189 están solicitando información a los varios bufetes de abogados que se están ofreciendo para canalizar estas posibles reclamaciones.

Los abogados pueden hacer su agosto con la crisis de la empresa alemana ya que prometen a sus clientes que, al final del proceso, la cantidad que pueden obtener de la empresa germana puede ser muy superior a los mil dólares ofrecidos por ahora en EE UU.

Claro está que las decisiones judiciales pueden prolongarse en el tiempo. Algo con lo que deben contar los usuarios. Algunos bufetes de abogados están aconsejando a sus futuros clientes a tomar una línea dura contra la empresa automovilística que pueden o no, dar sus frutos. Indican a los propietarios de vehículos afectados que reparar su vehículo podría significar condicionar sus derechos para exigir mayores compensaciones económicas.

Otros aconsejan prudencia y no fiarse de quien presuma de conseguir importantes indemnizaciones en esta fase del procedimiento. Por ejemplo, la empresa jurídica Legálitas, que ha constituido una plataforma de afectados tras recibir más de tres mil consultas sobre el escándalo, ha trasladado a todos sus afectados la recomendación de no reparar los vehículos, a pesar de que la marca alemana pudiera llegar a insistir en hacerlo, puesto que acceder a dicha reparación supondría condicionar la reclamación de los derechos.

Argumentan los abogados que dicha reparación en los talleres puede constituir una «reforma de importancia», que está regulada legalmente y que implicaría una nueva homologación del vehículo por parte del Ministerio de Industria, con la intervención de la ITV. Este hecho podría condicionar su derecho a reclamar por cuanto el vehículo supone una prueba fundamental ante una negociación o reclamación judicial de los derechos del propietario del vehículo.

Por todo ello, hasta el momento de poder iniciar otro tipo de acciones, se recomienda no reparar los automóviles afectados en los talleres y esperar. Y, mientras tanto, recopilar toda la documentación de la que se disponga, contrato de compraventa, publicidad del vehículo en su día, la factura de compra, así como toda la documentación que le vaya notificando Volkswagen en referencia al procedimiento abierto, ofrecimientos de compensación, etc.

En el caso de que el vehículo afectado tuviera pendiente pasar la ITV, se debe cumplir con dicha obligación. Actualmente se están pasando estos controles con total normalidad, ya que en la actualidad no es competencia de estas oficinas de inspección la medición del NOX (Óxido de nitrógeno) causante de las emisiones contaminantes.

Para los usuarios que quieran continuar con la vía judicial, en general los abogados aconsejan prudencia ya que cualquier decisión precipitada, sin ser consultada con expertos, podría representar una dificultad o impediría la posibilidad de presentar con éxito las oportunas reclamaciones.

Se aconseja por ello no dejarse llevar por ofrecimientos que inviten a conseguir «las mayores indemnizaciones», «los mejores precios» o falsas promesas que después impidan ejercitar todos los derechos por haber elegido el camino jurídico equivocado.

Y es que el escándalo, al menos en Estados Unidos, no parece haberse cerrado aún. De hecho, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA) ha advertido de que la magnitud del engaño es mayor de lo inicialmente denunciado después de que el fabricante alemán reconociese el trucaje de todos los motores diésel de tres litros desde los modelos 2009.

La EPA dijo que la nueva información fue comunicada por la compañía durante una reunión de Volkswagen con la agencia medioambiental el jueves. En la reunión, VW había admitido al parecer que los vehículos trucados para ocultar el nivel de sus emisiones contaminantes eran todos los modelos de las marcas Volkswagen y Audi equipados con motores diésel de 3 litros de los modelos 2009 a 2016.

El software es el mismo que Volkswagen había instalado en 482.000 vehículos vendidos en Estados Unidos y equipados con motores diésel de 2 litros y cuya instalación fraudulenta fue denunciada por la EPA en septiembre de este año. Tras la nueva revelación, todavía no se sabe cuántos vehículos del Grupo Volkswagen están afectados por el fraude, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.

Source: The PPP Economy

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