Una app para verificar la autenticidad del tabaco en la Feria de Abril


El famoso encendido del «Alumbrado» dio el sábado el pistoletazo de la salida a la Feria de Abril de Sevilla. Un espacio idóneo para el ocio y la diversión, pero que también es el escenario idóneo para que algunas «mafias» hagan su agosto. Más concretamente, aquellos grupos organizados que aprovechan las ferias para la venta ilícita de tabaco, que incluye tanto producto de contrabando como falso. Los trabajos de campo realizados en distintas ferias en los dos últimos años por Philip Morris permiten concluir que el 100% del tabaco de sus marcas que se vende de forma ambulante en estos eventos es falso, con el consiguiente perjuicio económico, pero también desde el punto de vista de la salud pública. Por ello, la compañía tabaquera ha puesto en marcha por tercer año consecutivo durante la Feria de Abril su programa de investigación para la detección de la venta ilegal de tabaco. Esta indagación se replicará, posteriormente, en las principales ferias de Andalucía y Extremadura, las dos regiones en las que que la venta de tabaco ilegal tiene una mayor incidencia, llegando a alcanzar el 40%, muy por encima de la media española.

Además, durante esta acción, Philip Morris deplegará acciones para que los consumidores puedan saber si el tabaco que han comprado es genuino o no. Así, personal contratado por la compañía portará dispositivos móviles con la aplicación «Ckek Now Spain», una app tanto para dispositivos IOS como Android, que permite determinar el origen de la cajetilla (genuina, destinada a otro mercado, o falsa) mediante el escaneo o la introducción del código de identificación que aparece en la misma. Yolanda Velasco, responsable de Prevención del Comercio Ilícito en Philip Morris España, cree que la solución pasa fundamentalmente por la concienciación. «El problema existe porque hay mucha gente que consume este tipo de productos. La solución al mismo pasa por la concienciación del consumidor, de forma que ellos mismos sean los que tomen la iniciativa. Necesitamos que entiendan lo que está en juego y colaboren en la lucha contra el comercio ilícito de tabaco».

Desde hace varios años, Philip Morris lleva a cabo un «Programa Estratégico de Prevención y Lucha contra el Comercio Ilícito», con medidas concretas e innovadoras, entre las que se incluye, además de «Chekc Now Spain», programas de investigación en puntos calientes como las ferias del sur de España. Se trata de unas pesquisas realizadas por investigadores privados que, posteriormente, comparten los resultados con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, identificando tanto a las personas que llevan a cabo estas prácticas ilegales, como el «modus operandi» de las redes. «Pese a que puede parecer que los contrabandistas actúan de forma individual, en realidad forman parte de grupos organizados, de hasta 40 personas, que operan de manera itinerante de feria en feria». Y es que estas redes aprovechan la ausencia de estancos dentro de los recintos feriales para vender su tabaco ilegal, ya sea falsificado o «illicit whites» (marcas baratas). Además, se da la paradoja de que el consumidor está pagando este tabaco ilícito a un precio superior al de PVP. «Es fundamental que el consumidor sepa que, en realidad, dentro del recinto ferial está comprando un tabaco más caro que su precio habitual que, en la mayoría de los casos, es falsificado y, lo más importante, es que, sin quererlo, están financiando verdaderas redes delictivas», sentencia.

Disuasión y venta legal

Por tanto, la disuasión y la posbilidad de adquirir tabaco legal en los recinto feriales son, a juicio de Velasco, otros de los elementos fundamentales que pueden atajar la venta ilegal. «El efecto disuario, con la presencia de cuerpos policiales, es fundamental para luchar contra estas prácticas delictivas. Otra de las medidas que podría ponerle freno es que se establezcan puntos de venta legal», añade Velasco. Aparte de la evasión fiscal que conlleva el comercio de este tabaco (se estima que produce unas pérdidas fiscales para las arcas del Estado de 1.000 millones de euro anuales), tienen un importante impacto sobre el empleo, ya que lo estanqueros están disminuyendo sus beneficios y, en consecuencia, se están viendo forzados a reducir plantilla. Asimismo, el hecho de que se trate de productos falsificados, hace que el consumidor desconozca su origen y elaboración. Y es que Philip Morris tiene constancia de la producción de tabaco falso incluso en cuevas de China. Por no hablar del acceso a los menores, al no haber ningún tipo de control sobre a quién se le venden las cajetillas. Para la compañía también supone un grave daño, sobre todo en términos de imagen. «Daña la economía y la imagen de nuestra marca. En Philip Morris, cuidamos extremadamente la calidad de nuestros productos, por lo que para la compañía es fundamental alertar de estas prácticas ilegales, así como protegar nuestros productos y tomar todo tipo de medidas al respecto».

Pese a la dificultad que supone cuantificar la cantidad de tabaco falsificado o de contrabando (complicación que se incrementa en el caso de la picadura), las acciones realizadas están dando sus frutos. Por ejemplo, en el marco de estas acciones, desde junio de 2013 se desmantelaron más de 10 fábricas ilegales y distintos almacenes donde se vendía la picadura ilegalmente.

Source: The PPP Economy

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