Un decálogo para generar más empleo


«Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas». Y los datos, como la prueba del algodón, no engañan. La batalla contra el paro, el principal cáncer de la economía y la peor pesadilla para los españoles, quita el sueño a un Gobierno que promete afanarse por alcanzar los 20 millones de ocupados. El cambio de rumbo del mercado laboral es irrefutable. Si en 2011 se perdieron 1.430 empleos diarios, Mariano Rajoy aseguró que ahora se crean 1.492 cada día. Al hacer balance de la legislatura, el presidente enarboló las cifras de disminución del desempleo y destacó que 2015 será el ejercicio de mayor reducción del paro en toda la historia de España.

Este año se crearán más de medio millón de puestos de trabajo por primera vez desde hace una década. No obstante, la letra pequeña señala un fuerte incremento de la temporalidad y de los contratos a tiempo parcial, una reducción de la población activa superior a las 116.000 personas y una dependencia excesiva del sector servicios. Los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA) arrojan cierto optimismo, pero aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, ya que triplicamos la media de desempleo de los países desarrollados y continúa habiendo casi cinco millones de personas buscando trabajo. Sin embargo, la creación de empleo se consolida y avanza a un ritmo impensable hace dos años. «Los mejores presagios se han confirmado y hemos superado con nota el examen más fiable que existe para calibrar la tasa de paro real, que es la encuesta de población activa».

En lo que va de año, el paro ha bajado en 576.000 personas, la tasa de desempleo se ha reducido al 21,1% y el paro juvenil ha caído un 2,6%. Carlos Martínez, director general de IMF Business School, explica que tras este impulso al mercado laboral existen factores como el crecimiento del PIB por encima del 3%, un euro débil, un petróleo barato, unos tipos de interés bajos y, sobre todo, un turismo en máximos históricos.

Las relaciones laborales cambian a pasos agigantados. Martínez sostiene que estamos pasando de un modelo donde los trabajadores vendían su tiempo a otro en el que se vende trabajo. «Las empresas buscan un modelo de relación laboral donde cada vez los trabajadores son autónomos y la flexibilidad es absoluta». Opina que estamos en la senda apropiada para seguir creando empleo, y que «la mayor incógnita que tenemos en el horizonte son las elecciones generales. Debemos continuar con las reformas que empezamos a implantar, y que han ayudado a mejorar nuestra productividad». De hecho, según un reciente estudio del Banco de España cerca del 80% de las empresas no contrata más trabajadores indefinidos por la incertidumbre sobre las condiciones económicas.

Si por paro estructural se entiende la ina- decuación de la mano de obra a las demandas del mercado, y aunque se trate de una tasa muy poliédrica, Rafael Pampillón, profesor del IE Business School y catedrático de la Universidad San Pablo CEU, afirma que estamos en los tres millones. La competitividad de la economía española pasa por crear empleos de calidad. Así, la prioridad del Gobierno debería estar en la formación de ese capital humano, de esos empleados con escasa o nula capacitación.

El empleo no sólo ha mejorado en el sector servicios, sino que también se va recuperando en el de la construcción y en la industria. Martínez considera que la construcción debe ir ocupando el lugar que le corresponde dentro de nuestro tejido productivo, y que es necesario que recupere al menos 600.000 empleos, «lo que ayudaría a acercarnos antes de que acabe la próxima legislatura a los cuatro millones de desempleados». Tras superar los 18 millones de ocupados, el Gobierno ha logrado volver a la casilla de salida, con cifras similares a las de 2011. Y ahora toca avanzar. Pero, ¿cómo avivar el mercado laboral?

Source: The PPP Economy

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