Ultimátum de los controladores


O el Ministerio de Fomento les ofrece una solución que satisfaga sus reivindicaciones esta misma semana o irán a la huelga. Los controladores del centro de control de Barcelona no van a esperar más. Según han explicado fuentes de este colectivo a LA RAZÓN, el tiempo se ha agotado y no están dispuestos a dar más prórrogas. Ya lo hicieron la semana pasada. Tras el cambio de Gobierno y la llegada de José Luis Ábalos al departamento, Ángel Luis Arias, director general de Enaire, pidió algo de tiempo a los controladores para replantear la situación. Arias les explicó que el nombramiento del nuevo secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, era inminente –se produjo el pasado viernes– y que necesitaba algo de tiempo para exponerle la propuesta que tenía perfilada.

Falta de efectivos

Los controladores barceloneses aseguran que la falta de efectivos les está obligando a hacer turnos extra de seis días de trabajo y dos de libranza con profusión. Además, afirman que esa misma carencia les impide descansar el 25% de su jornada laboral, algo recogido por ley e imperativo, aseguran, en un momento en que la edad media de la plantilla ronda los 50 años. Enaire se había comprometido a aportar los recursos necesarios para solucionar esta situación en 2020. Aunque el gestor aéreo va a reforzar las plantillas de Cataluña este verano, los efectivos no serán suficientes para cubrir su déficit, según los controladores. El colectivo es consciente de que no se pueden incorporar nuevos profesionales de un día para otro. Desde que uno empieza su formación hasta que está plenamente operativo transcurren al menos dos años. Por eso, sus reivindicaciones tienen la mirada puesta en el largo plazo.

Acercamiento de posturas

Tras semanas de negociaciones, ambas partes habían acercado posturas. Aunque no conocen con detalle el planteamiento de Enaire, a los controladores se les han trasladado unas grandes líneas con las que están de acuerdo. Pero ahora tendrá que ser Saura el que dé el visto bueno al plan de Arias. De no hacerlo, habrá huelga.

La urgencia de los controladores por encontrar una solución esta semana tiene que ver con los plazos para realizar los paros. Su objetivo es hacerlos en verano, coincidiendo con la temporada alta turística. Fuentes del colectivo son conscientes de que las fechas son «una faena» para los ciudadanos y para un sector tan importante para España como el turístico, pero añaden que, precisamente por eso, es el momento más adecuado para dar visibilidad a sus reivindicaciones. Para hacer huelga en julio, necesitan convocarla ya, pues deben dar preaviso de la misma con diez días de antelación.

Si finalmente se convocan paros, se verá afectado todo el tráfico aéreo del arco mediterráneo. En algún momento, todos los vuelos de los aeropuertos de Cataluña, las Islas Baleares y Levante son monitorizados por el centro de control de Barcelona. Los paros, además, se solaparían con los que desde hace meses están haciendo los controladores del centro de control de Marsella –que están afectando también a la operativa del aeropuerto de El Prat y al de Palma de Mallorca–, lo que agravaría todavía más la ya complicada situación que se vive en la zona. Sólo las huelgas que han celebrado los controladores aéreos franceses en lo que va de ejercicio han obligado a cancelar cerca de 1.000 vuelos en toda Europa.

Rehenes

Las aerolíneas de toda Europa llevan semanas denunciando el daño que los paros de este colectivo les están causando en los últimos meses. Aceta y ALA, las dos patronales del sector en España, han denunciado «el negativo impacto que están teniendo en su operativa y en los clientes las ineficiencias del tráfico aéreo en Europa» por las huelgas de los controladores aéreos. ALA ha sido todavía más contundente y ha reclamado en un comunicado que se deje de utilizar a «los pasajeros como rehenes de reivindicaciones laborales» y pidió medidas para conciliar el derecho a huelga con el de la libre circulación de los ciudadanos.

Source: The PPP Economy

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