‘Startups’


Glovo, la compañía de reparto que no necesita presentación, cerró la semana pasada la mayor ronda de inversión de la (corta) historia de España en el tema de las ‘startups’. Casi 500 millones de euros que han levantado entre inversores de primera línea para un valor compañía tras la operación de casi 2.000 millones.

Es una magnífica noticia se mire como se mire. El único pero es que este tipo de operaciones sean la excepción y no la norma porque el ecosistema español está en pañales. Es algo que desde la Administración no se ha entendido y desde luego no se ha incentivado. Crear el clima propicio para el emprendimiento consiste en muchos casos en no poner muchos más problemas de los que ya tiene el lanzamiento de un proyecto. La pena es que teniendo muy buenos mimbres no sean capaces de entender el alcance que puede tener dar facilidades para que se pueda desarrollar el talento y que los unicornios no sean la excepción, sino la norma.

En cualquier caso, hay que celebrar el éxito de la empresa de la caja amarilla y tratar de sacar algún aprendizaje. Más allá del indudable éxito del negocio, no parece que tampoco hayan inventado la rueda. Han conseguido sin duda hacerse con el transporte de la última milla en un momento en el que el auge del comercio electrónico lo hace indispensable.

Además, y esto evidencia otra gran diferencia con respecto a la crisis anterior, el mercado de capitales está a pleno rendimiento. Da la sensación de que por momentos los inversores especializados no saben bien qué hacer con el dinero. Es mucho lo que han captado en los últimos tiempos -los bajos tipos de interés sin duda han ayudado- y pocas las alternativas de inversión.

En los últimos meses, dos proyectos españoles (Idealista y, ahora, Glovo) han entrado en la lista de éxito de los unicornios tecnológicos. Se dan las circunstancias para que la lista se siga ampliando. Que así sea.

Tasa de ahorro

La semana pasada conocimos el dato de ahorro acumulado el año pasado por los españoles. En 2020 los españoles incrementaron su ahorro en más de 60.000 millones de euros, lo que medido en porcentaje sobre la renta disponible se va a niveles nunca vistos. La razones detrás de este notabilísimo incremento son dos: por un lado, no se podía gastar y por otro, las políticas fiscales han ido en gran medida directamente al bolsillo de los consumidores.

La duda ahora es cómo y cuándo ese dinero va a volver a circular. O dicho de otra manera, cómo de sueltos van a tener el brazo los consumidores una vez que se levanten las restricciones que se han impuesto para controlar la epidemia. Evidentemente, no tenemos respuesta. Pero a la luz de lo que estamos viendo en los países que van por delante en la campaña de vacunación podemos anticipar que si nada se tuerce, el tratar de recuperar el tiempo perdido se va a imponer a cualquier otra consideración.

Evidentemente, el incremento del ahorro no ha sido homogéneo y se ha concentrado en las rentas medias altas. Ahora ésta es la gran diferencia con respecto a ciclos anteriores y lo que va a permitir que volvamos a velocidad de carrera mucho antes que en otros ciclos. Cuando el coche de seguridad vuelva a boxes, los coches van a estar en perfecto estado de revista y con los depósitos rebosantes para poder volver a pisar a fondo. Y como podemos intuir, no va a ser por falta de ganas. Y probablemente hoy menos que nunca porque lo que nos pide el cuerpo es tratar de pasar página lo antes posible.

Podría ser de otra manera, pero cada día que pasa tiene más pinta de que la recuperación va a ser muy rápida y fuerte. Si las emociones están siempre presentes en todos los ciclos, dadas las características de esta última, la demanda embalsada que mide la tasa de ahorro va a volver a la economía como nunca antes habíamos visto. Salvando las insalvables distancias, algo parecido a lo que sucedió tras la Primera Guerra Mundial pero sin tener que construir puentes o carreteras.

Y será precisamente el consumo lo que tirará de las economías. España es una de las economías que más beneficiada sale en estas circunstancias por la importancia del turismo en nuestro cuadro económico. Y lo mejor es que no vamos a tener que esperar mucho para poder verlo.

Desempleo en EE.UU.

El viernes pasado conocimos los datos de empleo norteamericanos de marzo. En solo un mes se han creado más de 900.000 puestos de trabajo y la tasa de desempleo se ha ido al 6% en la muestra más clara de que su economía está recuperando mucho. Los datos fueron mejores de lo que se esperaba y son, sin duda, el mejor ejemplo de lo que va a pasar en el resto de economías que vamos por detrás a medida que avance el proceso de vacunación: la reapertura económica va a llegar antes y va a ser muy fuerte.

En contra de lo que muchos augures anticipaban, la actividad se está recuperando mucho antes de que se alcance la inmunidad de grupo. La confianza se ha restaurado a medida que la incidencia se ha ido reduciendo y a esto se ha llegado en el momento en que se han vacunado los grupos de riesgo. No hay duda de que la vacunación está siendo mucho más rápida en EE. UU. que en Europa. Ahora están todavía muy lejos del 70% que es el nivel que se considera como el de la inmunidad de grupo.

Y los datos americanos no solo indican claramente que la actividad va a volver antes de lo que algunos pensaban con el calendario de vacunación en la mano, sino que hay muchas ganas de recuperar el tiempo perdido, lo que a priori podía no resultar tan evidente. El optimismo económico ha vuelto antes que en cualquier otro ciclo por la naturaleza de esta crisis. En cuanto ha decaído el riesgo exógeno, la actividad recupera el terreno perdido. Y además en este caso concreto, la emocionalidad va a jugar a favor de la economía. No es solo el efecto descorche botella de champán ligado a la demanda embalsada tras unos meses en los que no ha sido posible consumir, es el hecho de querer pasar página a esta pesadilla, lo que va a incidir en una más fuerte recuperación de la economía. Los ‘animal spirits’ van a pasar de cero a cien en pocos segundos no solo por recuperar el tiempo perdido sino por olvidar el pasado y esto no es para nada baladí.

Lo mismo que estamos viendo en los países que van por delante con la vacunas lo vamos a ver en Europa. Es cuestión de pocas semanas. Este desenlace económico tiene innumerables lecturas. En este caso, comportamientos pasados no son patrón de nada y son muchos los analistas que van a tener que corregir el tiro en una baldosa si no quieren que sus predicciones fallen por mucho -los más listos ya están en ello-. Y en clave política no esperen que la economía vaya a ser palanca de nada, todo lo contrario. A los que están instalados en el cuanto peor, mejor; probablemente les salga el tiro por la culata porque el votante les va a identificar con lo que precisamente quieren dejar atrás.

Source: Noticias

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