Renfe se lanza a la conquista de América


Igual que los conquistadores de la época colombina cruzaban el Atlántico en busca de oro y gloria, las compañías españolas empezaron a finales del siglo pasado a surcar el océano en busca del negocio que, como a muchos de aquellos pioneros, les negaba su tierra natal. Para algunas compañías, fue la necesidad de buscar alternativas de supervivencia la que las empujó fuera de España. A otras, diversificarse para seguir creciendo y asegurar su futuro. Renfe inició hace unos pocos años el camino de la internacionalización cuando se embarcó en el proyecto del AVE entre las ciudades santas de Medina y La Meca, servicio que explota desde octubre del pasado año. Y ahora, sin excluir otros potenciales mercados, ha puesto sus ojos en América. Concretamente, en los Estados Unidos.

El viernes, el Consejo de Ministros autorizó a la operadora pública a constituir su filial Renfe of America, con la que buscará oportunidades de negocio en la primera economía del mundo. Por el momento, la división se encargará del proyecto Texas Central, el conocido AVE de Texas, para el que la compañía española fue seleccionada en octubre, junto a Adif, como asistente en los planes de operación y mantenimiento para la puesto a punto del servicio. El proyecto, que unirá las ciudades de Houston y Dallas/Fort Worth, cuenta con un presupuesto de 10.000 millones de dólares que serán aportados por socios privados y comenzará a ser construido a finales de este año.

Texas Central constituirá la entrada de Renfe en el mercado americano, que considera clave en sus planes de internacionalización. La operadora, que tendrá que enfrentarse a la competencia en su propio terreno a partir de diciembre del año próximo, aspira a lograr el 10% de sus ingresos en el exterior en diez años, según el plan de negocio que ha aprobado recientemente. Varios estados americanos cuentan con planes de alta velocidad en distinto grado de maduración. El más avanzado es la línea californiana para unir Los Ángeles con San Francisco, el California High-Speed Rail (CAHSR). La compañía española tiene complicado subirse a este tren porque su homóloga alemana Deutsche Bahn (DB) se adjudicó la primera fase del concurso de explotación de la línea. Aunque la segunda fase, en la que el operador elegido preparará y desarrollará la explotación del corredor a través de un acuerdo de franquicia, no ha sido todavía adjudicada, se da por hecho que la ventaja adquirida por DB resultará decisiva.

Otros estados tienen las posibles líneas en fase de estudio. Para este año está previsto que el Estado de Washington presente un primer estudio básico de la línea que pretende construir entre Vancouver (Canadá) y Portland. En Florida, el Departamento de Transporte tiene abierto el proceso para que inversores privados puedan construir un corredor que una las ciudades de Orlando y Tampa. Y también está en marcha un proyecto para unir el CAHSR con Las Vegas, conocido como High Desert Corridor.

Estados Unidos, no obstante, no es el único punto de interés para Renfe of America. El territorio canadiense de Ontario ha anunciado que construirá un corredor de alta velocidad entre las ciudades de Toronto y Windsor. La línea, de 350 kilómetros de longitud, contará con un presupuesto de 12.500 millones de euros.

La internacionalización de Renfe no pasa exclusivamente por América. Tras ser descartada en un primero momento, la compañía logró subirse a la segunda al proyecto de alta velocidad británico. Pujará por el corredor entre Londres y Birmingham, en alianza con el operador de Hong Kong MTR, del que será subcontratista. Su consorcio lo completa la china Guangshen Railway Company (GSRC).

Source: The PPP Economy

GrupoUnetcom