Reformas de lujo en el pazo y guardeses mileuristas


Gastos ordinarios, servicio doméstico, cuotas del club náutico, recibos de teléfono, agua y luz, préstamos, cuotas del club de golf, etc. Mario Conde utilizaba el dinero supuestamente blanqueado procedente del extranjero para hacer frente durante años –a través de una de las principales empresas de la trama, Barnacla– a una ristra de gastos corrientes. Entre esos desembolsos llaman la atención los relacionados con trabajos de reforma y de carpintería en el pazo familiar de Chaguazoso en A Mezquita (Orense), que suman un total de 275.630,24 euros entre febrero de 2010 y febrero del pasado año.

Sorprende aún más el volumen de ese gasto teniendo en cuenta que en esas fechas Mario Conde no era el propietario formal de esa finca, una maniobra, según Anticorrupción, para eludir las responsabilidades pecuniarias a las que debe hacer frente a raíz de sus condenas (14,2 millones siguen sin ejecutarse y, además, debe otros diez millones a Hacienda). De hecho, consta un pago mensual por alquiler (que podría ser una renta pactada con derecho a compra), a través de Barnacla, de 192.000 euros en 2009, 33.984 en 2011 y de 28.800 al año siguiente. En total, entre agosto de 2009 y julio de 2013 Conde pagó por este concepto un total de 422.600 euros.

Por esas fechas, no escatimó dinero en reformas, pues de noviembre de 2010 a abril de 2013 abonó 138.174 euros a Construcciones del Bal, empresa radicada en Chaguazoso dedicada a la construcción de edificios residenciales, a la que posteriormente pagó otros 104.995 entre octubre de 2013 y febrero de 2015. A esas cantidades hay que sumar los 23.716 euros que Barnacla abonó (entre febrero de 2010 y octubre de 2012) a Juan Carlos Vidal, presumiblemente por trabajos de carpintería, a los que se añadieron otros 8.744,67 en septiembre de 2014. En total, 275.630 euros.

Mario Conde no sólo utilizaba Barnacla para pagar a sus empleados de hogar. Según consta en la resolución judicial, a través de otra cuenta bancaria, ésta en La Caixa a nombre de su hija Alejandra, el ex banquero abonaba hasta mayo de 2011 a los dos guardeses de su finca de Can Poleta, en Pollensa (Mallorca), su salario de 910 euros mensuales. En esa fecha, su sueldo pasó a abonarse a través de una cuenta de Beteiligung, que según el juez utilizó, al menos desde 2002, «para canalizar los ilícitos beneficios que obtuvo de las apropiaciones indebidas por las que fue condenado», e incluso para evitar el definitivo decomiso de Can Poleta.

Trabajo carpintería de madera Madrid

Source: The PPP Economy

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