Políticos, Impuestos y la UE


La verdad es que la situación que estamos viviendo en la actualidad es esperpéntica. El panorama político es vergonzoso y las posibilidades de formar un Gobierno que ofrezca sensatez y seguridad jurídica para todos los agentes económicos parecen agotarse cada día que pasa.

La simple lectura de determinadas ideas o recetas sobre el modelo económico generan inquietud y preocupación, pues tales ideas –de llegar a implementarse– destrozarían el esfuerzo hecho hasta ahora. Un esfuerzo de todos que ha pivotado y debe pivotar sobre el principio de estabilidad presupuestaria y la consolidación fiscal. Incrementar el gasto público y financiarlo a través de una subida de impuestos es, en este momento, una idea mala y perjudicial para nuestro país.

La situación actual sería de mayor incertidumbre e inestabilidad, si cabe, de no haberse aprobado los Presupuestos Generales del Estado para 2016, antes de las elecciones generales. Ahí el Gobierno estuvo acertado. Mediante la Ley 48/2015, de 29 de octubre, y a través de su artículo 66, se ha prolongado un año más la vigencia del Impuesto sobre el Patrimonio. Sí, aquella medida de carácter extraordinario que recuperó el citado impuesto, con exclusividad para los ejercicios 2011 y 2012, y que lamentablemente se ha venido manteniendo hasta hoy.

Source: The PPP Economy

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