«No somos ilegales, también trabajamos con licencia»


Ayer era prácticamente imposible subirse a un coche de Uber o de Cabify en Madrid. Dos fenómenos impidieron a los usuarios de ambas plataformas disfrutar de sus servicios. Por un lado, la huelga de taxis aumentó la demanda de los servicios de las empresas de alquiler de vehículos con conductor (VTC) hasta «en un 30% más que un día normal», según reconocieron los conductores de estas compañías. Por otro, el miedo a encontrarse con un piquete de taxistas redujo el número de VTC que ayer circulaban por las calles de Madrid. El resultado de la conjunción de ambas situaciones fue que la carga de trabajo de los conductores de Uber y Cabify aumentó de manera considerable durante la jornada de ayer.

Así, J.L.C, un empleado de Cabify, explicó que tuvieron muchos más clientes que una jornada cotidiana. El chófer también reconocía que desde la empresa les habían dado instrucciones como «evitar las zonas de Atocha y la Castellana, frecuentadas por taxistas», así como «no dejar el coche sin vigilancia», todo ello con el objetivo de «evitar momentos de tensión» derivados del enfrentamiento entre conductores de taxis y de VTC.

J.M.C, que trabaja para Uber desde hace tres meses, recibió instrucciones similares. Sin embargo, explicaba que varios compañeros sufrieron encontronazos con los taxistas descontentos.

Uno de estos chóferes desafortunados es Barzoui, conductor de Cabify, que, en conversación con LA RAZÓN, afirmó que un piquete de taxistas había perseguido su vehículo hasta la entrada del parking de la T4, que cuenta con un módulo reservado para servicios de VTC. En este espacio, otros empleados, tanto de Uber como de Cabify, explicaban que, al menos, dos de sus compañeros habían sido atacados: «Les han lanzado botes de pintura en la carrocería y en la luna delantera, por lo que han tenido que suspender su servicio y llevar el coche al taller», remarcaron. Además, aseveraron que durante la marcha de taxistas que recorría el Paseo del Prado un manifestante fue detenido.

Los conductores de VTC no entienden las quejas de los taxistas ya que, según aclaran, «no somos trabajadores ilegales ni alegales», porque «también trabajamos con licencia, pero concedida por la Comunidad de Madrid». De este modo subrayan que no tiene sentido que los taxistas les acusen de «competencia desleal» ya que, en todo caso y dada la disparidad entre sus servicios son «simplemente competencia», remachaba J.M.C. Según este conductor, «las diferencias entre los servicios de Uber y Cabify respecto al de los taxis son numerosas: nosotros sólo podemos recoger a clientes que soliciten nuestros servicios mediante la aplicación, mientras que ellos pueden captar a clientes por la calle y pueden permanecer a la espera de viajeros en las muchas paradas que tienen en las ciudades».

Los muchos ciudadanos que ayer recurrieron a los servicios de VTC tampoco entienden las críticas. Juan, uno de ellos, aclaró que utiliza «habitualmente los servicios de alquiler de coches con conductor porque son más limpios, más cómodos y adaptados a los nuevos tiempos».

Source: The PPP Economy

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