¿Nissan Moco o Kia Borrego?


¿Quién no se ha preguntado alguna vez de dónde proceden los nombres de los coches? Encontrar uno adecuado puede resultar una tarea ardua y tediosa. A lo largo de la historia del motor, han aparecido en el mercado modelos con nombres desafortunados que han sido objeto de risas y han llevado a realizar todo tipo de chistes. Y es que a veces el nombre del coche juega una mala pasada a las marcas llegando a influir incluso en el número de ventas. Mientras algunas como Audi o Mercedes eligen números y letras sin formar ninguna palabra para designar a sus coches, otras prefieren complicarse un poco más.

Los profesionales de marketing buscan un nombre llamativo y sugerente, tratando de gustar a todo el personal, y sin dobles sentidos. Desafortunadamente, no siempre se consigue y algunos nombres que en unos países no significan nada, en otros, se traducen a palabras malsonantes o adjetivos ofensivos. A veces el idioma puede estar en nuestra contra.

Source: The PPP Economy

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