Las mujeres ganan un 17% menos tras el nacimiento de su primer hijo


Los salarios de las mujeres españolas sufren una «fuerte caída» los dos primeros años tras el nacimiento de su primer hijo y no recuperan ese descenso, al menos en los cinco años siguientes, que llega a ser incluso del 17%. Por el contrario, los ingresos laborales de los hombres mantienen la tendencia de crecimiento que tenían antes de ser padres por primera vez. Estas son las principales conclusiones de un breve estudio de los economistas Libertad González y Jorge García Hombrados, publicado en el blog «Nada es gratis». González es profesora de Economía en la Universidad Pompeu Fabra y doctora en Economía por la Universidad de Northwestern (Evaston, Illinois). García Hombrados, profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, también colabora como investigador en el departamento de Política Social de la London School of Economist (LSE). Un informe reciente del Banco de España, publicado en inglés, arrojaba resultados similares, aunque algo superiores, ya que elevaba la misma brecha de género hasta el 23%, en el quinto año tras el alumbramiento del primer vástago.

González y García Hombrados analizan si esos aumentos de diferencias salariales se deben a que algunas mujeres dejan de trabajar después de tener hijos y muchas optan por jornadas laborales más reducidas. Los autores utilizan los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (2015), que permite reconstruir el historial laboral de los trabajadores a lo largo de los años, con la limitación de que solo incluye a quienes han tenido algún vínculo con la Seguridad Social el ejercicio estudiado. González y García Hombrados, con esos datos, concluyen que la llamada participación laboral de las mujeres –definida como tener ingresos laborales– se reduce de manera persistente tras el nacimiento de su primer hijo. Apunta que la maternidad sería responsable de una brecha de género en participación laboral del 12% al cabo de cinco años.

La maternidad influye todavía más, según los autores, en el tipo de jornada laboral. Así, la brecha de género de una mujer en la probabilidad de trabajar a tiempo completo durante todo el año es del 25% cinco años después de ser madre, algo que se explicaría porque la jornada a tiempo parcial, elegida o no, aumenta considerablemente entre las mujeres. El informe indica que, de forma coherente con la anterior conclusión, la brecha de género, según la probabilidad de haber tenido algún contrato a tiempo parcial durante el año, es del 9%, aunque en el caso de las que sólo han trabajado a tiempo parcial aumenta hasta el 13%. Mucho menor es la brecha de género en la probabilidad de trabajar por cuenta propia cinco años después de maternidad, que se reduce al 7%.

Libertad González y Jorge García Hombrados apuntan que los efectos de la maternidad sobre el trabajo de la mujer podrían ser superiores a los detectados estadísticamente. También precisan que los datos solo incluyen a personas afiliadas, en el régimen que fuera, a la Seguridad Social. Eso excluiría a muchos/as trabaja-dores/as –pero seguramente más mujeres que hombres– que no han trabajado nunca o no han vuelto a hacerlo tras tener hijos.

La alta brecha salarial vinculada a la maternidad no es un fenómeno español, ni tampoco que en España tenga una incidencia significativamente mayor a la detectada en otros países europeos e incluso en Estados Unidos. Un estudio muy reciente de los economistas Kleven, Landais y Egholt, analiza también el impacto de los hijos en la desigualdad del mercado laboral y concluye que hasta el 80% de la brecha salarial de género en Dinamarca puede atribuirse a la reducción de los ingresos laborales que sufren las mujeres después de tener hijos. Las llamadas «child penalties» (penalizaciones por hijos) rondan un 20% salarial en el citado país, muy similares a las observadas en España. Los mismos economistas, vinculados a las universidades de Princenton (EE UU), Copenhague y a la London School of Economics han obtenido resultados muy parejos en investigaciones realizadas sobre este tipo de brecha salarial en países como Austria, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido. Manuel Bagués, profesor de la Universidad Carlos III, también ha llegado a conclusiones similares al analizar el mercado laboral en Noruega.

El Banco de España, por último, en un muy breve informe, firmado por el propio Gobernador, Pablo Hernández de Cos, y publicado en inglés, precisa que «la brecha de género salarial en España es similar a la otros países, probablemente asociada a la maternidad». España, incluso, según datos del Banco Mundial y de la OCDE, estaría mejor en este terreno que países como Suecia y Holanda y peor que Francia, Italia o Bélgica. La conclusión es evidente y generalizada en la gran mayoría de los países desarrollados: la maternidad amplía y consolida en el tiempo la brecha salarial.

Source: The PPP Economy

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