Las familias se echan en brazos de los fondos de inversión


La alta volatilidad de los mercados y la perdida de atractivo de la renta fija, como consecuencia de las políticas de bajos tipos de interés aplicadas por los bancos centrales, han transformado el mapa inversor español. Los ahorradores, tradicionalmente muy apegados a la renta fija, poco a poco van desplazando sus activos hacia los fondos de inversión ante la nula rentabilidad de los depósitos bancarios. Una transición complicada, teniendo en cuenta que en un mercado tan agitado las recetas de éxito ya no existen, y que requiere de una gestión activa y asesoramiento profesional para evitar sorpresas desagradables.

«Si bien el peso de los depósitos ha ido descendiendo en los últimos años, los españoles mantienen una importante parte de su ahorro en depósitos a plazo y cuentas de efectivo a pesar de la nula rentabilidad de estos productos», asegura José Miguel Maté, asociado de EFPA España (Asociación Europea de Asesores Financieros), para quien es previsible que en los próximos meses el trasvase de dinero de los depósitos –que representan un 38,6% del ahorro de las familias- hacia los fondos de inversión se acelere. Más si cabe cuando en su última comparecencia el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejó la puerta abierta a más estímulos monetarios en marzo, con lo que es de esperar que la liquidez continúe inundando los mercados y que el precio del dinero se mantenga, al menos durante una buena temporada, por los suelos.

BUENA EVOLUCIÓN

Lastrados por la negativa evolución de los mercados, el patrimonio de los fondos de inversión cerró febrero con 211.769 millones de euros gestionados, un 1,7% menos respecto al mismo mes del ejercicio anterior, según los últimos datos de Inverco. Esto no ensombrece, sin embargo, la buena evolución de estos instrumentos cuyo volumen de activos gestionados se ha incrementado en 3.300 millones en los últimos doce meses y que, para finales de este año, se espera que sumen otros 18.000 millones más. «Claramente los fondos de inversión han sido los grandes ganadores del actual escenario de bajos tipos de interés. Prueba de ello es que frente a los 120.000 millones de euros que tenía la industria a finales de 2012, hemos terminado 2015 con un patrimonio en torno a los 220.000 millones», apunta Fernando Luque, senior financial editor de MorningStar.

En opinión de los expertos consultados por LA RAZÓN, en un contexto de bajos tipos como el actual los fondos de inversión son el mejor instrumento para canalizar el ahorro a medio y largo plazo de las familias españolas. «Los fondos ofrecen una serie de grandes ventajas a diferencia de otros vehículos de inversión: primero una ventajosa fiscalidad, sobre todo en cuanto a posibilidad de traspasar dinero de un fondo a otro sin pagar impuestos; segundo, ofrecen accesibilidad a mercados a los que los inversores sólo pueden llegar a través de fondos; y tercero, son el instrumento más democrático que existe en la medida en que todos los partícipes pagan las mismas comisiones independientemente de la cantidad invertida», explica Luque.

No obstante, conviene recordar que no todos los fondos de inversión presentan las mismas características y antes de lanzarse a invertir en estos productos es necesario contar con un sólido conocimiento financiero de los mercados o bien acudir en busca de un buen asesoramiento. «No todos los fondos son iguales y es imprescindible analizar las políticas de inversión de los mismos antes de invertir. El perfil de riesgo del ahorrador, su horizonte temporal, el conjunto de su cartera y sus objetivos han de ser tenidos en cuenta a la hora de seleccionar los fondos más adecuados para cada uno», destaca el asociado de EFPA.

La Bolsa se desinfla

Al igual que sucede con la renta fija, otro activo que está perdiendo fuelle en el contexto actual es la renta variable. El peso de la inversión en Bolsa dentro del ahorro familiar es del 7,2%, lo que supone el porcentaje más bajo desde 2012. Detrás de estos datos está el mal comportamiento de los mercados, que han comenzado el año con fuertes caídas, y que han espantado de los parqués a los inversores con más aversión al riesgo. «El deterioro de la economía China, los problemas de los países emergentes, la caída del precio del petróleo, la expectativa de un menor crecimiento mundial y la sombra de una nueva crisis bancaria internacional han pesado como una losa en el ánimo de los inversores, lo que ha provocado ventas masivas de renta variable y caídas de los índices», apunta José Miguel Maté. Menos preocupado se muestra el editor financiero de MorningStar, para quien si bien «el principio de año ha sido muy volátil», lo importante es que «no estamos en un entorno de valoraciones baratas, incluso después de las correcciones de los últimos meses».

Source: The PPP Economy

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