Las constructoras españolas modernizan medio mundo


Además de generar un importante efecto tractor sobre la economía, las inversiones en infraestructuras han convertido a las constructoras españolas en líderes mundiales. No sólo es que el «know how» de nuestras compañías cotice al alza en los mercados exteriores, sino que en la mitad de los proyectos de transportes del «top 10» internacional participan empresas nacionales.

Aunque algunos critiquen las inversiones en el AVE –sobre todo los que ya disfrutan de la alta velocidad–, estas líneas ferroviarias han modernizado España y han permitido a la ingeniera española competir en otros países con retos de importante envergadura, como el AVE a La Meca. Pero, además, destacan proyectos como la ampliación del Canal de Panamá o la terminal de Heathrow. Y es que buena parte de las obras en infraestructuras más emblemáticas del mundo tienen sello «made in Spain». España es el segundo país en facturación internacional y figura entre los diez primeros por el grado de globalización de sus compañías. Tanto el bagaje como la experiencia acumuladas durante nuestro proceso de modernización han extendido los cimientos de las constructoras españolas por el ancho y largo del planeta.

Julián Núñez, presidente de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), informa de que, a nivel global, la actividad de las diez mayores compañías de infraestructuras españolas creció un 3,1% en 2015, y que sus ventas agregadas superaron los 74.000 millones de euros. La cartera total en construcción fue de 88.000 millones de euros, un 3,6% superior a la obtenida a finales de 2014. Pese a ello, «la actividad constructora nacional sigue en caída libre». Y Núñez lamenta que los socios de Seopan sufrieran en 2015 una reducción de las ventas en construcción nacional del 10%, con una caída de su cartera nacional en construcción superior al 18%.

La principal amenaza para el futuro de la actividad nacional es, según Núñez, la consolidación fiscal. Por ello, el presidente de Seopan propone procedimientos de colaboración público-privada de infraestructuras que no tengan impacto en el déficit público. En un informe presentado a finales del año pasado por la consultora internacional A.T Kearney se identificaba muy bien la situación de nuestro stock de infraestructuras. Núñez recuerda que es adecuado en lo relativo a transporte terrestre -autovías, alta velocidad ferroviaria, puertos y aeropuertos, pero absolutamente insuficiente en otras tipologías de marcada naturaleza social. De las principales conclusiones del informe se desprende que las necesidades de inversión anual sostenidas oscilan entre los 38.000 y 54.000 millones de euros. Y que con ello se generarían entre 700.000 millones y un billón de euros de actividad económica, entre 500.000 y 750.000 empleos anuales y un retorno de la inversión del 50%.

Tras una caída en picado de la inversión, 2015 podría considerarse un balón de oxígeno para un sector prácticamente asfixiado. Incluso el FMI recomendó invertir en infraestructuras ante la frágil demanda interna de los países desarrollados. Y es que un incremento del 1% del PIB en la inversión en infraestructuras aumentaría el nivel de producción en torno a un 0,4% ese año y cerca del 1,5% durante los cuatro ejercicios siguientes. Sin embargo, «la coyuntura política actual está afectando negativamente al desarrollo de la actividad, tanto en lo relativo a los clientes privados como a las administraciones públicas», asegura Núñez.

El negocio de las constructoras españolas dentro de nuestras fronteras es apenas una cuarta parte del que tenían antes de la crisis, pero las ocho grandes han cuadruplicado su facturación exterior. De hecho, actualmente tres de cada cuatro euros que ingresan proceden de otros países. «Nuestras principales empresas iniciaron su actividad internacional a finales de la década de los 60, con un fuerte impulso a finales de los noventa», recuerda el presidente de Seopan. Hoy en día únicamente las compañías de infraestructuras chinas nos superan en porcentaje de actividad internacional. Las ventas internacionales de los diez mayores grupos de infraestructuras españoles representaron en 2015 el 73% del total, lo que supone el máximo agregado de nuestra serie estadística.

Las constructoras españolas, sin lugar a dudas, son un referente a nivel mundial. Y no sólo en la expansión de su actividad, sino también respecto a su capacidad para diseñar, financiar, construir y gestionar todo tipo de concesiones de infraestructuras y servicios. En términos globales, apostilla Núñez, cinco compañías españolas figuran en el «top 10» mundial en financiación privada aportada en proyectos de infraestructuras –más de 245.000 millones de dólares desde 1985–, y nueve empresas nacionales gestionan y operan el 46% de las concesiones de infraestructuras de transporte mundiales.

Principales proyectos

Las empresas españolas de ingeniería civil consiguieron durante 2015 contratos por valor superior a los 40.000 millones de euros. Y, según Francisco Javier Martín, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, de la Universidad Politécnica de Madrid, ésta es la culminación de varios años de éxito, tanto por la parte de la ingeniería española como por la de sus empresas. Más allá del enorme esfuerzo inversor realizado por España en infraestructuras durante los últimos 20 años, su ratio en términos de euros invertidos por kilómetro cuadrado y millón de habitantes es todavía inferior al de otros países avanzados. «El sector no ha participado en los desajustes de la economía española, pero la consolidación fiscal ha afectado de forma notable a las partidas presupuestarias destinadas a infraestructuras». Y Martín piensa que los recortes de inversión pública pueden dificultar la conservación y mantenimiento de las actuales infraestructuras y frenar su modernización.

Las obras más destacadas realizadas en nuestro país en los últimos años han sido el Puente de la Constitución de 1812, sobre la bahía de Cádiz; el viaducto sobre el río Ulla en el Eje Atlántico de Alta Velocidad; el puente de la Ría de Noia; los nuevos accesos a Bilbao por carretera y los accesos del AVE hacia Extremadura, incluyendo el viaducto de Almonte. Además, actualmente hay numerosos proyectos en el exterior donde trabajan empresas españolas. Entre ellos, destacan: la Fase II del AVE Medina-La Meca (6.736 millones de euros), el metro de Riad (6.030 millones de euros); las líneas de transmisión Xingu y Macapa, Brasil (2.560 millones de euros); la refinería del Egeo (2.555 millones de euros); el Canal de Panamá (2.479 millones de euros); la autopista LBJ Express en Dallas, Texas, EE UU (1.985 millones de euros) y el puente Firth of Forth en Edimburgo, Reino Unido (1.116 millones de euros).

Source: The PPP Economy

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