Las aguas bajan revueltas para la pesca: Bruselas quiere recortar en merluza y sopesa más limitaciones en el Mediterráneo
La flota pesquera española contiene el aliento ante el próximo Consejo de Ministros de Pesca de la UE que se celebrará el 13 y 14 de diciembre y que, al ser el último del año, determinará las cuotas pesqueras para 2022. En este contexto, la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa la propuesta de un recorte del 18% en las capturas de merluza del Cantábrico para el próximo año y, según temen desde el sector, estaría sopesando una nueva reducción en los días de pesca para la flota de arrastre del Mediterráneo. Además, el próximo mes, entran en vigor nuevas reducciones y medidas técnicas relacionadas con la sostenibilidad económica y social de la flota. Algo que ya adelantó el comisario de Pesca Virginijus Sinkevicius en su vista a España en septiembre.
En este sentido, las organizaciones pesqueras de Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía y Baleares han solicitado una reunión urgente con la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación así como a los consejeros del ramo de las comunidades autónomas del Mediterráneo. Además estudian realizar un nuevo paro de la flota de arrastre durante los días del Consejo y ya han anunciado que se desplazarán a Bruselas el próximo mes. En juego, han asegurado desde el sector, la actividad de cerca de 600 embarcaciones y los más de 17.000 empleos directos e indirectos que se generan.
«Al límite»
En este sentido, el secretario general de Cepesca Javier Garat ha destacado que «los pescadores del Mediterráneo están al límite» y pide que no se adopten medidas adicionales, a la espera de los resultados de las investigaciones del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y del CSIC. El representante de la patronal pesquera ha recordado que «en los últimos dos años cerca de un 20% el número de días de pesca», así como realizado vedas de dos meses y «reducido sus zonas de pesca par aproteger a los juveniles de determinadas especias como las merluza».
Sobre la merluaz, desde el Ministerio de Agricultura, han recordado que se trata de «una primera propuesta, inicial, y que deberá ser debatida ahora a nivel técnico» y argumentado que «a pesar de la falta de datos científicos claros desde el año pasado respecto a la situación biológica de la merluza» en Bruselas han mostrado su preferencia por el recorto. Todo ello, cuando el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) ha «degradado» la categoría de su evaluación sin considerar la gran cantidad de datos disponibles sobre esta especie y los «esfuerzos» de los institutos científicos españoles a la hora de proponer métodos alternativos de evaluación.
A la merluza se unen la propuesta de recortes en especies como el jurel, que se pesca entre el sur de Finisterre y el Golfo de Cádiz, y cuyas capturas la Comisión Europea quiere recortar en un 16% «cuando la recomendación del ICES para esta especie es desde hace varios años del 12%. Tampoco se libra del tijeretazo comunitario otras especies como lenguados o abadejos, sobre los que Agricultura ha señalado que las evaluaciones científicas «no son completas» y existe carencia de datos suficientes. Por contra, tras varios años, Bruselas ha propuesto que aumente el nivel de capturas rapes y gallos del caladero nacional del Cantábrico que se podrán pescar en 2022 y se reabre la pesquería de cigala en este mismo caladero tras cinco años de cierre.
«Tira y afloja» comunitario