La tecnología española ataca al Covid por todos los flancos


El Covid ha sido una prueba de fuego que ha puesto bajo el foco la fortaleza del sector sanitario en todas sus verticales. Y las iniciativas públicas y privadas han respondido al reto. Solo el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que proporciona ayudas y el apoyo al I+D+i de las empresas españolas, ha suministrado másde 7,7 millones para once proyectos relacionados con las vacunas. A todo ello se unen soluciones alternativas impulsadas por instituciones y empresas biotecnológicas tractoras que abordan el tratamiento del coronavirus y todos los perfiles de pacientes mediante el desarrollo de pastillas, sprays nasales e inhaladores.

Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria

destaca el papel protagonista que las empresas españolas han tomado en la lucha médica contra el coronavirus: es el primer país de Europa y el cuarto del mundo en número de ensayos clínicos contra el Covid. En suma, se dan toda una batería de soluciones para contener la propagación y mejorar el tratamiento del virus, donde innovación e inversión se dan la mano. «Este logro se alcanzó con la cooperación estrecha entre compañías, comunidad científica, gobiernos y autoridades sanitarias. Nuestro país toma parte en tres de cada diez ensayos que se realizan en Europa. Y hoy tiene en marcha más de 3.500 ensayos, en los que participan 145.000 pacientes».

Para Belmonte esta posición privilegiada en ensayos clínicos da una ventaja competitiva frente a otros países para crear un gran ecosistema de investigación biomédica en un momento clave de atracción de inversión internacional. Se genera así un círculo virtuoso que supone un ahorro para los hospitales y multiplica las opciones para los pacientes, puesto que la participación en un ensayo ofrece alternativas y puede ser la única salida para ciertos pacientes graves que no han respondido a los tratamientos disponibles.

Aprovechar el momento

El combate frente al Covid ha dado un impulso a un sector farmacéutico que en España suma 4 plantas dentro de las 82 que hay en 70 países en producción de medicamentos. El reto es ahora mantener esa inercia que favorece la investigación y la producción. En los dos ámbitos, Farmaindustria ya ha planteado al Gobierno varios proyectos. «En el caso de la investigación, una propuesta para impulsar el liderazgo de España en ensayos clínicos. Y en la producción, el proyecto MedEst (Medicamentos Esenciales y Capacidades Industriales Estratégicas), en el que participan 40 compañías», apuntaba recientemente Juan López-Belmonte en el Congreso. Desde Farmaindustria indican que la aprobación del PERTE Salud de Vanguardia podría ser un marco adecuado para el desarrollo de estas iniciativas, junto con las inversiones en digitalización del Sistema Nacional de Salud y el impulso de la Medicina de Precisión.

Avances significativos

La innovación española, tanto privada como pública, ha afrontado el reto. Un ejemplo es la compañía

Hipra

, en Gerona. Su vacuna es la más avanzada entre los proyectos españoles, y ha recibido 458.470 euros del CDTI. En esta carrera está también plenamente inmersa Sonia Zúñiga, una investigadora perteneciente al grupo de Luis Enjuanes, y al laboratorio del

CNB-CSIC

que lleva más de 35 años trabajando con todos los coronavirus humanos potencialmente letales desde que han emergido.

«Nuestra estrategia trata de reconstruir el virus en el laboratorio mediante ingeniería genética, y lo que hacemos es quitarle todos los elementos que hacen que el virus provoque una enfermedad severa o se propague. De tal manera, que terminamos con un virus que ya no puede llamarse propiamente así, porque no se propaga, pero sí se amplifica. Es lo que se denomina un replicón del RNA. Hay cinco vacunas en el mundo que están basadas en RNA que se autoamplifican y solo la nuestra está derivada del propio virus», aclara Zúñiga. Las ventajas de esta alternativa es que potencialmente supone reducir las dosis necesarias de una vacuna.

Ademá implica una inmunidad más completa, por lo que las personas vacunadas no enferman ni transmiten el virus. Y se administra por una vía de inoculación intranasal, que salvaguarda las vías respiratorias. Las vacunas que hay ahora, comenta Zúñiga, duran alrededor de nueve meses. «Nuestra vacuna de alguna manera va a ser más resistente y la inmunidad que genera es muy difícil que una variante la pueda sortear», precisa la investigadora. Varias empresas han mostrado ya su interés en el proyecto teniendo en cuenta su potencialidad en el mercado.

Los otros dos investigaciones de vacunas vinculadas al CSIC, la de Mariano Esteban y Juan Arriaza y la de Vicente Larraga, trabajan con el grupo de empresas biofarmacéuticas Zendal

, en Galicia, que ha recibido una dotación de 4.506.192 euros del CDTI, por lo que la apuesta es creciente.

Zúñiga recalca que es muy importante luchar contra el virus en el punto de entrada que es la nariz o boca; por eso se están desarrollando inhaladores lo que pretenden bloquear al virus en esta zona para que no se multiplique y evitar que el virus baje al pulmón y se haga más severa

.

«Tienen que existir medicamentos para tratarlos, bien sea una pastilla que se tenga que tomar, o bien que se le trate en el hospital, teniendo a su disposición toda una serie de armas frente al virus. Y uno de los problemas que hemos tenido con este virus es que se disemina en la sombra o de manera invisible, sin que se detecte. Es importante tener medicamentos como reservorio o almacén por si viene otro», asegura Zúñiga.

Sonia Zúñiga perteneciente a uno de los grupos del CISC que desarrolla la vacuna contra el Covid-19


CSIC

«En cuanto a los medicamentos orales que se están evaluando, que son antivirales como el famoso de Pfizer, son compuestos que van frente al virus, están basados en bloquear distintas partes de él evitando que se multiplique. Basta pensar que mucha gente que se infecta no tiene síntomas al principio o los síntomas son leves y no necesita ir al hospital, un antiviral como el Remdesivir se da solo en hospitales», explica Zúñiga. La idea de que estos medicamentos sean orales es poder darlos también en atención primaria. Una persona se hace un test y da positivo, entonces le recetarían este medicamento.

Una potencial pega de esto es que se podría generar resistencia a estos tratamientos, es decir virus que escaparan a estas estrategias. De manera que se estudia proporcionarlos únicamente a las personas infectadas que tienen más riesgo de sufrir una enfermedad severa. Otras soluciones en cuanto al almacenamiento y transporte surge mediante vacunas en polvo como las que se están desarrollando en Medicon Village, en Estocolmo, junto con la empresa Iconovo. Este formato ahorraría el problema actual con la refrigeración de la vacuna. Y también distitnots laboratorios del mundo estudian el desarrollo de vacunas en pastilla.

La científica aclara que hay que tener en cuenta que siempre va a haber un porcentaje de personas en las que la vacuna no funcione. «Si se infectan, tienen que existir medicamentos para tratarlos, bien sea una pastilla que se tenga que tomar, o bien que se le trate en el hospital, teniendo a su disposición toda una serie de armas frente al virus. Y uno de los problemas que hemos tenido con este virus es que se disemina en la sombra o de manera invisible, sin que se detecte. Es importante tener medicamentos como reservorio o almacén por si viene otro. Por ejemplo, nosotros sabíamos que íbamos a tardar más con la vacuna, pero la idea es tener una tecnología lo más completa posible», asegura Zuñiga.

La científica añade que este virus está demostrando que nos quedan algunos años con él y que ha venido para quedarse, porque es un virus que se difunde fácilmente, «si uno mira los números fríamente ve que la mayor parte de personas que se infectan tienen síntomas leves o son asintomáticas, de ahí la dificultad y este virus está aprendiendo a diseminarse más fácilmente, como la variante Delta. Con el éxito de las vacunas actuales que están sirviendo para controlar la enfermedad severa y la muerte. Al final, idealmente, cuando todo el mundo esté vacunado y existan tratamientos para luchar contra el virus en el caso de que uno haya respondido a la vacuna y se infecte, estaremos en una situación parecida en la que estamos que con el virus de la gripe, que es un virus que puede generar una enfermedad grave en personas más vulnerables, pero que estamos acostumbrados a vivir con él todos los inviernos».

Multiplicado por cien

El virólogo español Adolfo García-Maestre trabaja para encontrar soluciones frente al Coronavirus en el Hospital Monte Sinaí, en Nueva YorkEn ese sentido de ampliar el espectro de ataque al virus, Adolfo García-Maestre, virólogo español en el reputado Hospital Monte Sinaí ,en Nueva York, ha colaborado en la evaluación de un fármaco con el nombre comercial de Aplidina, que es un antiviral desarrollado por la empresa gallega

Pharmamar

y que ha demostrado en modelos animales ser cien veces más potente que el Remdesivir.

Pharmamar busca compuestos de animales marinos para el tratamiento de enfermedades, igual que los medicamentos que han sido desarrollados a partir de plantas u hongos. Hay una gran diversidad de compuestos bioquímicos en la jungla amazónica o en el mar, y dentro de esa diversidad se pueden encontrar compuestos que proporcionarían beneficios en alguna enfermedad en los humanos. Una vez encontrado buscan la forma de hacerlo sintéticamente, y es en lo que se ha centrado Pharmamar.

Este medicamento está en ensayos clínicos a la espera de los resultados. Su gran ventaja es que no actúa directamente contra el virus, sino en el sujeto, sino que su objetivo son los factores de las células del ser hmano de las que se sirve el virus para replicarse. Esto se traduce en que el remedio sería eficaz frente las mutaciones del virus, porque nuestras células no mutan salvo en casos como el cáncer. Además, este antiviral funciona mejor en las fases más tempranas. García-Maestre destaca que «si todos los ensayos arrojasen resultados satisfactorios podría estar disponible para el primer trimestre del año que viene. También hemos visto que tiene ciertos efectos antiinflamatorios que estamos investigando. En cuyo caso se podría usar incluso, más tarde, cuando empieza ya la respuesta inflamatoria severa en el Covid». El mecanismo al que va dirigido este fármaco también es importante para la replicación de muchos otros virus, incluída la gripe.

Sumar fuerzas

Pensando en el cuadro completo, el investigador en biotecnología Ángel Serrano Aroca, de la Universidad Católica de Valencia

, ha estado trabajando en mascarillas antimicrobianas, más efectivas que las rutinarias mascarillas frente al Covid, «porque en cuanto el virus o una bacteria toca el material lo inactiva en segundos y ya no puede infectar», asegura. Esta capacidad fue la que llamó la atención de la empresa alicantina

Visor Medical

, que la comercializa. La mascarilla protege en dos direcciones: por un lado a las personas sanas, pero si la lleva una persona infectada, todos los virus acaban neutralizados, con lo que se reduce el contagio. Además, esta solución genera menos residuos biológicos infecciosos, lo que reduce el riesgo para las personas que tienen que manipularlos.

Ángel Serrano Aroca de la Universidad Católica de Valencia


UCV

El equipo de Serrano Aroca también trabaja en el desarrollo de sprays nasales, que crean una película antimicrobiana en las fosas nasales, una de las puertas de entrada habituales para la infección. El spray funciona para las distintas variantes del Covid, porque los materiales utilizados son de amplio espectro vírico. «Funciona con éxito en el caso de la variante Delta, veremos en el caso de Omicrón», asegura Aroca, Se espera que su efectividad dure en torno a las ocho horas. Es una h e r r a m i e n t a complementaria para reforzar la protección que ya ofrece la mascarilla. Con apoyo empresarial en tres meses podría salir este producto, igual que ocurrió con las mascarillas, y se podría producir en masa. Este spray tiene la particularidad de estar desarrollado con elementos naturales, que no son tóxicos y evitan la aparición de alergias.

Además, este equipo está en un proyecto de tratamiento del Covid con nanomateriales de carbono. Como explica Serrano: «Son compuestos muy prometedores para tratar el Covid, hemos oído hablar en los últimos meses del grafeno. Destruyen bacterias, virus, hongos, es decir eliminan todo tipo de microorganismos. No como los antivirales que solo acaban con un tipo de virus, o los antibióticos que eliminan bacterias. Estos materiales vienen muy bien porque mucha gente muere no solo por el Covid, sino porque se junta con una neumonía bacteriana. Esta terapia es capaz de destruir a ambas y tienen la capacidad de inducir la regeneración de tejido, con lo cual podría inducir la regeneración de todas las zonas del pulmón dañadas por esas infecciones víricas y bacterianas». Es una propuesta de tratamiento duradero en la que colabora la Universidad de Kioto.

Táctica de camuflaje

Julia Revuelta y Alfonso Fernández-Mayoralas del Instituto de Química Orgánica General del CSIC


csic

La labor de Julia Revuelta, del Instituto de Química Orgánica General del CSIC, y de Alfonso Fernández-Mayoralas también busca complementos a la vacuna con un spray nasal. Revuelta detalla que su particularidad es que «está basado en polisacáridos que simulan una superficie celular donde se adhiere el Covid-19, y así atraparlo con este señuelo y detener la infección. Y dado que la infección comienza en las cavidades naso-faríngeas, la formulación de un spray permitirá crear, una barrera». Incluso en el caso de que la infección ya haya comenzado, inhibe la propagación y disminuye la gravedad de la infección. En la actualidad se están llevando a cabo ensayos en animales y podría aplicarse como un tratamiento eficaz no sólo para el SARS-CoV-2, sino también para otras infecciones víricas.

Novedad

La sinergia entre laboratorio y empresa ha tomado velocidad gracias al combate contra el Covid. Y la batalla se libra en muchos frentes, más allá de las vacunas.

Roche

, por ejemplo, ha presentado este mes un nuevo medicamento, que estará en breve disponible en España, con el potencial de tratar la enfermedad y prevenirla antes y después dela exposición al virus SARSCoV-2. Su nombre es Ronapreve, y según Beatriz Pérez Sanz, directora médica de Roche Farma España, «es un hito en la lucha contra el Covid, y algo de especial valor para aquellos pacientes que no pueden beneficiarse de las vacunas por motivos de salud».

Según el doctor Álex Soriano, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clinic de Barcelona,el fármaco se basa en anticuerpos monoclonales que bloquean de forma rápida la multiplicación del virus y de esta forma reducen el riesgo de que el paciente desarrolle una forma grave de la enfermedad. Aporta un mayor valor añadido para los pacientes que presentan mayor riesgo de ingreso hospitalario, entre los que encontramos a los mayores de 65 años, obesos y a los pacientes con otras enfermedades crónicas como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. «Más allá de estos grupos, los pacientes que tienen una inmunodepresión -trasplantados de órgano sólido o pacientes tratados con determinados medicamentos que disminuyen la capacidad de eliminar el virus- también podrían beneficiarse de ella», especifica.

Frente a todas estas posibilidades el futuro pasará por un tratamiento más amplio, tal y como indican al periódico ABC los responsables del Ministerio de Sanidad: «Históricamente el medicamento más eficaz frente a infecciones víricas han sido las vacunas que eviten la infección (casos clásicos como la polio o la viruela son un buen ejemplo de ello). Los tratamientos hasta ahora han sido eficaces en contadas ocasiones: el tratamiento frente a la hepatitis C es el único que ha demostrado eficacia en hacer desaparecer el virus por completo; el tratamiento frente al VIH únicamente evita la replicación vírica cronificándolo mientras se mantenga el tratamiento, pero no consigue eliminar por completo el virus. Por eso es lógico pensar en utilizar las opciones de las que tenemos un conocimiento más profundo. Aun así, diferentes tratamientos están siendo evaluados a nivel europeo y existen ya 2 autorizados por la Agencia Europea del Medicamento».

A nivel global la industria se ha transformado, así «hace 18 meses se creó un mercado que representa 60.000 millones de dólares», explicaba Loïc Plantevin, experto en salud del

gabinete Bain & Company. A nivel global, el Coronavirus ha alterado el sector de las vacunas, según EvaluatePharma y emergieron pequeños laboratorios. Y para quien consiga sacar un producto, los ingresos pueden llegar a ser astronómicos. Merck prevé de aquí a finales de 2022 hasta 7.000 millones de dólares de ventas de su píldora antiviral, el molnupiravir. Otro grupo estadounidense, Gilead Science, vendió en el tercer trimestre su antiviral remdesivir por un valor de casi 2.000 millones de dólares.

Con ello se pone de relieve lo que destaca López Belmonte de Farmaindustria a ABC: «la estrecha vinculación entre salud, economía y bienestar. Hemos experimentado hasta qué punto la salud está en la base que sostiene nuestra sociedad. Y hemos visto también que sólo la ciencia y la investigación, y el medicamento que surge de ella, pueden devolvernos la normalidad. Por tanto, la inversión en salud y en investigación de medicamentos es clave para el futuro de la sociedad, y esa investigación se sustenta cada vez más en la colaboración público-privada».

Source: Noticias

GrupoUnetcom