La patronal alemana exige saber si los empleados están vacunados


Los contagios vuelven a dispararse en Alemania, en torno a los 20.000 diarios. La incidencia alcanza los 153,7 casos por cada 100.000 habitantes en siete días, cuando hace un año por estas fechas apenas superaba los 100 casos. Y esto sucede con un gobierno en funciones y a la espera de que el que surja de las elecciones del pasado 26 de septiembre, una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que todavía está siendo negociada, no se encuentre aún operativo. Está además a punto de dejar de estar en vigor el estado de emergencia y las competencias de la lucha contra la pandemia vuelvan a quedar exclusivamente en manos de los gobiernos regionales de los Bundesländer, una situación de vacío de autoridad que preocupa a las empresas. La patronal alemana aconseja tomar medidas de prevención por propia iniciativa, pero los directivos se encuentran con un muro legal porque ni siquiera tienen derecho a preguntar a sus empleados si están vacunados o no, para diseñar las medidas de acuerdo a las necesidades de cada empresa. La patronal exige al gobierno que excluya la calidad de inmunizado de la protección de datos y conceda la potestad a las empresas de preguntar por ese dato a sus trabajadores.

El presidente de la Unión de Asociaciones de Empleadores Alemanes (BDA), Rainer Dulger, ha emitido un comunicado en el que solicita que la cuestión sea al menos discutida en la próxima cumbre que reunirá al gobierno federal y las autoridades regionales, que debería celebrarse en principio la próxima semana. «Es preciso que los empleadores tengan derecho a conocer el estatus de vacunación de sus trabajadores», afirma, «quien titubea, se arriesga a disminuir la protección sanitaria de nuestras empresas».

Sentando un precedente, el gobierno alemán ya ha obligado a los empleados de guarderías, colegios y residencias de ancianos a informar sobre su situación de inmunidad y permite a sus empleadores cambiar las funciones que realiza el trabajador o incluso no renovar su contrato de acuerdo a esta información. Dulger exige que se extienda esa política a las empresas de forma generalizada y que permita tomar decisiones sobre la exigencia de vacunas o test diario para determinados puestos según la exigencia de seguridad de la situación en la que se desarrolla la actividad laboral. «Cada empresa sabe mejor, sobre el terreno, qué tiene sentido para sus empleados y para su actividad», dice el texto, que recuerda que los médicos de empresa están a disposición de la campaña de vacunación para suministrar las dosis de refresco, como ya lo hicieron durante las fases anteriores de la campaña. Pide una «base legal fiable» y un «posicionamiento claro» del gobierno federal al respecto.

Si por Merkel fuera, el gobierno daría seguramente luz verde a las empresas para tomar el control sobre la información de inmunidad de los empleados. Hoy se ha sabido que, en una reunión de la cúpula de su partido, la CDU, se ha manifestado a favor de aplicar restricciones a los no vacunados como la exigencia de un test diario para acudir a su lugar de trabajo y la obligación de seguir llevando mascarilla si comparte espacio con otras personas, según ha filtrado el canal de televisión alemán NTV. El posiblemente próximo canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha prestado de antemano apoyo a cualquier medida que Merkel aplique en la lucha contra la pandemia hasta que sea investido en el cargo de jefe de gobierno, pero ella desea actuar con prudencia y no tomará decisiones a menos que la situación alcance niveles de contagio peligrosos. Pero el caso es que el aumento de la incidencia da pie a ello, mientras que la vacunación alcanza el 66,7% de la población con la pauta completa.

El presidente regional de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, presidente también de la Conferencia de Presidentes Regionales, se ha pronunciado a favor de una rápida reunión en vista del creciente número de contagios. «Una discusión urgente parece apropiada, con rapidez y minuciosidad», ha dicho, «el fuerte aumento de las infecciones requiere una vigilancia concentrada y una acción decisiva por parte de todos, la pandemia de los no vacunados puede conducir rápidamente a más y más problemas».

Wüst ha adelantado que se puede observar un patrón claro en Alemania: «Donde hubo menos vacunación, el virus se propaga más fácilmente. Por lo tanto, ahora se requiere una estrategia de vacunación de refuerzo coordinada de manera conjunta». «El rumbo para el invierno también debe estar marcado en las reglas básicas», ha comentado sobre el orden del día del encuentro, llamando a los ministros de Sanidad regionales a realizar un exhaustivo trabajo preparatorio. El ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, ha pedido a los Bundeslander que vuelvan a reabrir los centros de vacunación, cerrados a finales de septiembre. La Comisión Permanente de Vacunación (STIKO) decidirá «en unas pocas semanas» si recomienda vacunas de refuerzo para todos. Hay datos de estudios internacionales que hablan a favor, dice el presidente de STIKO, Thomas Mertens, pero debe examinarse en qué medida estos resultados pueden transferirse a Alemania.

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