La electrificación de la movilidad enfila su momento decisivo


En tiempos en los que la sostenibilidad es un objetivo irrenunciable (se acaba de celebrar la Semana Europea de la Movilidad), las compañías de automoción y las energéticas trabajan para que esta nueva movilidad encaje en sus balances. Con un estricto (y ambicioso) horizonte: la UE fija para 2035 el límite para vender coches con motor de combustión (gasolina y diésel), y solo permitirá la venta de eléctricos y propulsados por hidrógeno.

De hecho, el salón IAA Mobility 2021, celebrado en Múnich en septiembre, ha dado mucho sitio a las propuestas desde la híbrida enchufable a la eléctrica pura (en el caso de Automobile Barcelona, se celebra del 2 al 10 de octubre). Todo un desafío tecnológico en línea con objetivos como los fijados en la 25 Cumbre del Clima (COP25) celebrada en 2019 en Madrid: bajar las emisiones un 45% hasta 2030.

Precios más bajos, mayores prestaciones y autonomía en ruta… el sector se enfrenta al desafío de hacer rentable la sostenibilidad, y cuenta, en el caso de España, con incentivos gubernamentales como el programa MOVES III (turismos, furgonetas o motos eléctricas o híbridos enchufables, además de la instalación de infraestructuras de recarga): 400 millones ampliables a 800. Este apoyo a la sostenibilidad se traduce en ayudas directas para particulares y autónomos (hasta 9.000 euros para furgonetas, hasta 7.000 para turismos y hasta 1.300 para motocicletas, en los casos de vehículos de más de siete años de antigüedad). En el caso de las ayudas a las flotas de empresas, se asigna un máximo de 4.000 euros por la compra de un turismo eléctrico (hasta 5.000 por furgoneta).

Apoyo institucional

Pero, como comenta Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico) y vicepresidente de Avere (Asociación Europea del Vehículo Eléctrico), y aunque la tendencia al alza se refuerza por la llegada de nuevos modelos, las ayudas no están operativas en todas las CC.AA. «Otra de las barreras –destaca– en el incremento de matriculaciones sigue siendo el precio de venta, razón por la que reclamamos que, junto a los incentivos estatales, haya una reforma fiscal que acompañe al mercado con la reducción del IVA, al menos de forma temporal hasta que los precios de producción de vehículos de combustión frente a los eléctricos se equipare (se prevé hacia 2024)».

Pérez de Lucía también subraya la necesidad de agilizar la disponibilidad de stock, «usuarios que quieren adquirir un eléctrico se enfrentan a periodos de entrega de seis meses o más», además de potenciar el despliegue de infraestructuras de recarga de acceso público. «Desde la perspectiva industrial y tecnológica –añade–, España es el tercer fabricante europeo de vehículos eléctricos en toda su gama pero, además, cuenta con una industria de componentes que enfoca sus esfuerzos en soluciones de aligeramiento en el peso, con materiales como el aluminio o el acero de alta resistencia. Y dispone de una industria minera de enorme potencial, como la segunda mina de litio más importante de Europa, capaz de nutrir a 10 millones de vehículos eléctricos, o los yacimientos ricos en wolframio, vanadio, cobalto, níquel, cobre, etc. (materiales básicos para elaborar coltán) y tierras raras».

Queda camino por recorrer… Según el informe trimestral ‘Barómetro de la electro-movilidad’ de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones): «Aunque se han multiplicado por cuatro las ventas de vehículos electrificados en el segundo trimestre respecto a 2019 (periodo preCovid), con 18.939 nuevas matriculaciones, España sigue posicionándose en los últimos puestos en Europa».

En este recorrido, hay que avanzar en el terreno de las estaciones de recarga. Según ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), Holanda (con 66.665 puntos), Francia (45.751) y Alemania (44.538 ) cuentan con el 70% del total europeo (España, 7.407). Empresas españolas como Wallbox han emprendido su aportación, en su caso con el desarrollo de sistemas avanzados de carga de vehículos eléctricos y gestión de la energía. Una acción sostenible para una compañía que cotiza en la Bolsa de Nueva York (y con trabajo por delante: según el documento-propuesta de Anfac ‘Plan Automoción 2020-40’, se necesita tener instalados 110.000 puntos de recarga en 2025, 340.000 en 2030).

Eduard Castañeda, su CPO y cofundador, subraya cómo la sostenibilidad «es el motor perfecto para el I+D+i sostenible». «A medida –comenta Castañeda– que los vehículos eléctricos se hacen más populares, se necesitan cargadores públicos fiables ultrarrápidos, duraderos y de fácil mantenimiento». Hypernova (carga completa en 15 minutos), Eco-Smart (recargas con energía renovable en casa) y Quasar (cargar y descargar el vehículo eléctrico, por lo que es posible utilizarlo como una unidad de almacenamiento que reemplace o aumente la capacidad energética del hogar) son algunas de sus soluciones no solo para vehículos, también para edificios.

En marcha

Al otro lado del cable, las empresas de automoción se pertrechan para aumentar la electrificación de su parque en sus distintas formas. En el caso de los turismos, empresas como Honda ya han anunciado que su horizonte para vender solo híbridos o eléctricos es… 2022, y marcas como Renault anuncian la futura salida al mercado de clásicos readaptados como el Megane e, incluso, el Renault 5. Otras compañías, como Volvo, ya han adaptado modelos a los nuevos tiempos, como el XC40 Recharge (el primer SUV compacto totalmente eléctrico), en un entorno en el que Tesla lidera el mercado en EE.UU., con China a varias cabezas de distancia (Joe Biden ha presentado un plan para que el 50% de los vehículos vendidos en 2030 sean eléctricos).

Un margen de mejora a esperar también en el transporte y las flotas comerciales (un 70% de las emisiones de CO2 provienen de esta parte), aunque la balanza de la sostenibilidad tiende a favorecer, en este caso, el uso del autogas. Un reciente informe de Securitas Direct (han lanzado, además, la campaña #MuéveteEnPositivo), destaca cómo se vendieron, en mayo, un 108% más de vehículos de este tipo (1.258) que en el mismo tramo de 2020.

Otra aseguradora, Línea Directa, acaba de organizar el encuentro ‘Hacia una micromovilidad urbana sostenible, segura y conectada: retos de las ciudades en materia de seguridad vial de VMP’. Según el Reglamento General de Vehículos, un VMP es «un vehículo con una o más ruedas dotado de una única plaza y propulsado, exclusivamente, por motores eléctricos que le pueden proporcionar una velocidad máxima entre los 6 y los 25 km/h.». Más factores a tener en cuenta en sostenibilidad, referencia en la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030 del gobierno español, todo un desafío para toda la sociedad.

Source: Noticias

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