«La confianza del inversor extranjero en España sigue siendo muy elevada»


El director general de Foodbox parece, a primera vista, un hombre distante. Una vez más la primera impresión engaña. Es cercano y templado en sus formas, aunque firme en sus reflexiones. La duda no va con él. Antes de aunar en sí mismo las condiciones de empresario y directivo, trabajó para diversas multinacionales de la restauración. Augusto Méndez de Lugo comenzó como asesor jurídico, pero a partir de un momento determinado pasó de supervisar los contratos a firmarlos.

– ¿Qué le llevo a dar el salto del ejercicio de la abogacía a la gestión en el ámbito de la restauración?

Ejercí mi carrera en el Grupo Vips y, más tarde, en Burger King, donde llegué a ser el responsable del departamento y realicé funciones como director jurídico en otros países. Pero esta empresa fomentaba mucho la movilidad de sus empleados en todos los sentidos y, así, en 2008, me propusieron dedicarme al negocio puro y duro. Empecé en la Dirección de Desarrollo y acabé en Miami dirigiendo el crecimiento en Iberoamérica.

– ¿Cómo nació Foodbox?

– Responde al momento vital de varios ejecutivos –Carlos Pérez Tenorio, Sergio Rivas (que ya no está) y yo– que nos encontrábamos en situaciones similares en 2014. Los tres habíamos trabajado para multinacionales y coincidíamos en que el mercado empezaba a ofrecer condiciones para crear una plataforma de restauración donde nosotros fueramos algo más que unos meros gestores. Carlos y yo somos accionistas, aunque no tenemos la mayoría, que está en manos del fondo de capital Nazca. Se trata de un proyecto de propiedad que echa a rodar en un momento en el que el consumo comenzaba a desperezarse, los precios inmobiliarios aún eran asequibles y el mercado laboral ofrecía gente con talento. Empezamos, prácticamente, desde cero, aunque adquirimos dos compañías, Volapié y Santagloria.

– ¿Es éste un momento idóneo para hacer negocios en España?

– Era bueno cuando arrancamos y, ahora, nos encontramos en un contexto ideal para hacerlo crecer. La confianza del inversor extranjero en negocios españoles sigue siendo muy elevada. Muchos de nuestros franquiciados son extranjeros que vienen a nuestro país y hacen apuestas cuantiosas. Por ejemplo, nuestro principal franquiciado de Volapié es brasileño y ha firmado un acuerdo para abrir 30 tabernas en cinco años en Andalucía.

– ¿Cómo ha incidido en su negocio el desafío soberanista?

– A raíz del atentado de agosto en Barcelona, dadas las ubicaciones de nuestras tiendas en el entorno de la «zona cero», se produjo un efecto directo. Cayeron también las ventas en los locales del centro de Madrid por el temor que había a que se repitiera en esta ciudad un ataque terrorista. A principios de septiembre, se recuperó la normalidad en todas las tiendas. Ciertamente, a raíz del referéndum del día 1 de octubre y de lo que le siguió, se produjo allí un nuevo frenazo del consumo, pero nuestra relación con franquiciadores, proveedores y clientes sigue siendo exactamente la misma.

– Foodbox ha crecido incorporando otros negocios. ¿Está demostrando a la economía española y la pyme en general que éste es el camino que hay que seguir para ser más grandes y competitivos?

– Cuando me reunía con los gerentes de los restaurantes de Burger siempre les decía lo mismo: «Sois directores generales de empresas probablemente más grandes que muchas de las pymes españolas». Y lo mismo pasa con las tabernas y los franquiciadores de esta compañía. La nuestra es una plataforma de pequeñas y medianas empresas que se unen en torno a un grupo de profesiones que les ofrece buenas condiciones para sus compras y su formación y, consecuentemente, les ayudan a ser más competitivos.

– ¿Hay burbuja en este sector?

– Más bien se está produciendo un proceso de depuración donde al independiente le está costando mucho sobrevivir.

– ¿Siguen de «shopping» o se han dado una tregua?

– Aquí no se puede parar. Hemos recorrido un camino importante en cuanto a adquisiciones y, ahora, ha llegado el momento de desarrollar y probar, por qué no, ideas propias.

– ¿Van a lanzar enseñas «made in» Foodbox?

– Estaremos en condiciones próximamente de lanzar al mercado algún concepto interesante, que estará en la órbita del «casual dining».

– ¿Cuáles son los principales obstáculos que frenan un mayor crecimiento?

– Hay dos barreras con las que nos topamos en los ciclos positivos: la subida de los precios inmobiliarios, lo que incide negativamente en la rentabilidad, y la dificultad para encontrar personal fidelizable que nos ayude a crecer en nuestro negocio.

– ¿La rotación del personal es elevadísima? ¿Qué políticas siguen para profesionalizar, formar y fidelizar a sus empleados?

– No existe otra que ofrecerles un plan de crecimiento, que han de experimentar en poco tiempo. Llevamos dos años y medios con el proyecto de Foodbox y lo que más nos enorgullece no son los números, sino que tenemos empleados que empezaron detrás de un mostrador y que hoy son los directores de Formación y de Calidad de una compañía como la nuestra. Si sabes comunicar y trasladar esta filosofía y, al mismo tiempo, comprueban con sus propios ojos como han progresado otros compañeros, no existe mejor herramienta para retenerles que ésta.

Fórmulas propias

Las piedras angulares de Foodbox fueron dos marcas de tamaño modesto –Santagloria y Volapié– que adquirieron sus fundadores en 2014. Después, se hicieron con otras, pero sobre todo las han desarrollado hasta presentar hoy unos números que evidencian un éxito indiscutible. Cuentan con cinco enseñas –Volapié, MasqueMenos, Santagloria, L’Obrador y Papizza– que suma más de 200 establecimientos operativos repartidos por toda la geografía española y Reino Unido. La compañía que capitanean Carlos Pérez Tenorio y Augusto Méndez de Lugo pretende ser fiel a los valores tradicionales de la restauración, pero conjugándolos con ideas innovadoras, así como con nuevas tendencias y tematizaciones.

EL PERFIL

Augusto Méndez de Lugo es un hombre incoformista. Disfruta con su trabajo. Aunque no tiene la mayoría de la propiedad, siente Foodbox como propia. Es su criatura. Hasta poner en marcha con sus socios esta plataforma de restauración trabajó en grandes multinacionales como Grupo Vips y Burger King. Empezó ejerciendo de abogado y, después, pasó al negocio puro y duro. Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y máster en Asesoría Jurídica por el IE Business School, considera que los planes de crecimiento de sus empleados explican el éxito de su compañía.

Source: The PPP Economy

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