La campaña decisiva para el estandarte de la innovación española


A pesar de ser un gran desconocido, el sector de la Defensa es un sector estratégico para el desarrollo socioeconómico de España, siendo esencial para el fortalecimiento de la base industrial y tecnológica. Empresas con reconocido prestigio internacional que han capeado el impacto del Covid manteniendo su apuesta por la I+D y ahora se enfrentan a un momento decisivo en el que se van a activar varios proyectos tractores de gran calado (los vehículos de combate sobre ruedas 8X8, las fragatas F-10, el caza F-Cas…) y los fondos europeos pueden catalizar el viaje hacia su digitalización.

Todos estos aspectos sobrevolarán Feindef, la gran cita del sector, que se celebrará entre el 2 y el 4 de noviembre en Ifema. El punto de encuentro para analizar oportunidades y retos de un futuro hacia el que se avanza desde un buen punto de partida: en 2020 el sector facturó 6.720 millones y el total de actividad económica ligada a sus empresas contribuye de manera directa e indirecta a la economía en 8.500 millones, lo que significa un impacto equivalente al 0.8% del PIB nacional, según datos de un reciente informe elaborado por KPMG para Tedae (la patronal del sector) sobre el impacto económico y social de la industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio.

«Un año caracterizado por la pandemia y sus efectos. A pesar de la crisis sanitaria global, los sectores que representa Tedea se han mostrado resilientes aportando al PIB de España 16.500 millones en 2020, el 1,5 % del total», resalta Jorge Sainz, socio de Deal Strategy de KPMG en España. «Este sector no solo tiene una contribución directa clave, sino que cuenta con un importante efecto de arrastre en otras industrias. A su facturación hay que añadir un impacto indirecto adicional de 2.700 millones, así como impacto inducido de 1.400 millones», resalta el consultor. Además, a nivel de generación de empleo, el sector de Defensa tiene un efecto multiplicador de 2,9, por lo que los 23.000 empleos directos mantienen más de 69.000 puestos de trabajo adicionales de forma indirecta e inducida.

La pandemia supuso una contracción en la facturación consolidada del sector de Defensa del 6%, por debajo de la caída experimentada por el conjunto de las industrias Tedea (19%). Este sector redujo su inversión en I+D+i en un 4%, «lo que se traduce en una menor contracción que a nivel de ingresos, confirmando la apuesta del sector por continuar desarrollándose». En su conjunto, las industrias Tedae inviertieron de forma directa más de 670 millones el año pasado, un 10% de su facturación. «En particular, la aeronáutica de defensa tiene un rol especialmente relevante, con una inversión de 480 millones (70% de la inversión en I+D+i del sector Defensa), incluso habiendo aumentado la inversión en I+D+i entre 2019 y 2020 en un 6%, pese a la contracción en la facturación», explica Sainz.

Empresas punteras

El sector goza de buena salud gracias al trabajo realizado por las empresas. Indra, por ejemplo, lidera la participación española en los programas europeos de Defensa y, dentro de ellos, forma parte de doce consorcios del programa EDIDP (European Defence Industrial Development Programme), coordinando tres de ellos. Desde la compañía recuerdan que su producto tecnológico (radares, defensa electrónica, mando y control, sistemas de misión, etc.) tiene un alto reconocimiento, así como su capacidad para abordar proyectos complejos en todo el mundo. Según resalta Ignacio Mataix, consejero delegado del negocio de Transporte y de Defensa de Indra, la firma «se sitúa entre las líderes de su sector según el Índice EU Industrial R&D Investment Scoreboard. Sólo en 2020 ha dedicado 265 millones a I+D+i, lo que supone un esfuerzo innovador sobre ventas del 7,8%, el mayor de la compañía en la última década, pese a la crisis del Covid. Si tenemos en cuenta los últimos seis años, la cifra de inversión en I+D+i supera los 1.200 millones y desde el año 2000 alcanza una inversión acumulada de 3.157».

La multinacional española cuenta con numerosos proyectos en Defensa, siendo uno de los más destacados el desarrollo de uno de los radares de defensa aérea más avanzados del mundo para el Ejército del Aire, Lanza 3D, preparados para detectar cualquier tipo de blanco», cuenta Mataix. Además, estos radares son un elemento central de la red de defensa aérea de la OTAN «que protege el espacio aéreo de toda Europa frente a todo tipo de amenazas». Otro programa en el que Indra trabaja es el NGWS/FCAS, el nuevo sistema aéreo de combate europeo, del que es coordinador nacional industrial español. Dentro del programa, Indra lidera el pilar de Sensores.

Capacidad tractora

Mataix considera que la industria de Defensa tiene mucho que aportar en la estrategia de reindustrialización española, «ya que es un sector eminentemente tecnológico, intensivo en I+D, con alta capacidad tractora, elevados índices de exportación y un importante generador de empleo de alta cualificación, con énfasis en las formaciones técnicas o STEM, las más solicitadas en Europa. La suma de estos factores explica su efecto multiplicador en la actividad económica nacional: cada euro invertido en Defensa genera 2,5 euros en el conjunto de la economía».

Las compañías internacionales también apuestan por España. La francesa Thales cuenta con una reconocida experiencia como proveedor de tecnologías para defensa y un gran conocimiento sobre de los retos y desafíos a los que se enfrentan las Fuerzas Armadas españolas. «Gracias a la calidad de nuestros sensores (sonares, radares, etc.), así como nuestros sistemas comunicaciones y mando y control, estamos desarrollando sistemas integrales que sirvan como base de la transformación digital, aplicando las tecnologías clave de la transformación digital (‘big data, inteligencia artificial, conectividad-BIoT y Ciberseguridad)», explica el portavoz de la compañía, Francisco Simón. Thales España evoluciona también su Centro de Producción y Mantenimiento incorporando las tecnologías de la Industria 4.0 y en particular la tecnología ‘blockchain’ para mejorar el seguimiento y la seguridad de los equipos de aviónica como el Display Keyboard Unit del NH-90 (DKU) que se produce en el Centro de Leganés . «Tener un centro de producción y mantenimiento capacitado para la fabricación de equipos de Defensa de alta tecnología permite acoger transferencias de producción por parte del grupo como la del Teléfono Submarino TUUM-6 con el que se equipará a las fragatas F-110», afirma.

Considera que los sectores más potentes de la industria son su ingeniería con la capacidad de diseño, desarrollo e Ingeniería de sistemas de información basado en software y la capacidad de integración de sensores con medios de comunicación. En este apartado, Thales lleva 25 años integrando sistemas de mando y control de desarrollo propios con sensores y equipos de comunicación como la radio de combate. «La permanencia de esta ventaja competitiva depende de la capacidad de inversión del cliente nacional en particular en las capacidades de Sistemas de Información y comunicaciones tácticas que beneficiará a la Industria Nacional», resalta Simón. Thales España exporta sus soluciones desarrolladas localmente para sus clientes internacionales. Una apuesta decidida por nuestro país, aunque el principal reto, reconoce Simón, «está en la capacidad de inversión en Defensa en España, que limita el crecimiento cuantitativo de las empresas de defensa españolas aunque no el cualitativo».

Músculo innovador

En el tejido industrial del sector destacan también empresas emergentes de gran capacidad innovadora. Un ejemplo es Escribano Mechanical and Engineering, que ofrece soluciones de defensa íntegramente fabricadas en España. Se trata de un socio de las Fuerzas Armadas, «proponiendo soluciones para los tres cuerpos de ejército y sus unidades conjuntas. Nuestra misión, como industria de defensa española, es proporcionar tecnología de última generación, con productos cien por cien españoles, que generen riqueza, empleo de calidad y que continúen por la senda ya abierta de la competitividad internacional de nuestros productos y soluciones», cuenta su CEO, Angel Escribano,

Esta compañía española se ha consolidado como uno de los fabricantes nacionales referencia del sector gracias a su apuesta por la innovación y la ingeniería, «con unas instalaciones de última generación y un catálogo de productos en continua expansión. Hemos sabido adaptarnos a lo largo de los años a las necesidades del sector basándonos en el concepto de Industria 4.0 e implementándolo en toda la cadena de valor de la empresa», cuenta Escribano. Uno de los saltos más grandes de la compañía fue en 2011, cuando comenzaron a ofrecer a sus clientes soluciones complejas adaptadas a sus necesidades, diseñadas y fabricadas en nuestra empresa». Actualmente Escribano Escribano M&E afronta grandes retos como la participación en el programa VCR 8×8 Dragón. También colaboran con el Ejército de Tierra en la modernización de los vehículos Pizarro FASE II, instalando nuevas cámaras de conducción que mejoran la visión y conciencia situacional de los vehículos.

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