IFM aprieta las tuercas a los minoritarios en su opa sobre Naturgy y Fainé pasa al ataque
Guerra abierta entre opador y opado. El fondo IFM, que ya no esconde su interés por recopilar el mayor de los apoyos posibles, ha aumentado estos días la presión sobre los accionistas minoritarios de Naturgy para que acudan a su opa sobre la energética. El mensaje es firme: o entran en el accionariado, o el futuro de la gasista no será precisamente halagüeño, algo que ha encendido todas las alarmas en el seno de la compañía española, que se ha lanzado al contraataque. Y es que a apenas cuatro días para que finalice el plazo para que todos los accionistas de Naturgy sobre el 22,7% de la energética llegue a su fin y se pronuncien sobre la opa planteada por los australianos -el próximo viernes 8 de octubre-, unos y otros redoblan esfuerzos para llevarse el gato al agua.
En esta lucha continua, hasta el propio Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria ‘la Caixa’ -principal accionista de Naturgy, con casi el 30% de su capital a través de su ‘holding’ de participadas CriteriaCaixa- ha tenido que salir hoy mismo a la palestra para defender la estrategia de la compañía española. La razón: haber planteado los australianos la eliminación del dividendo sin ser aún nadie dentro de Naturgy. La reacción de La Caixa, a través de Criteria, no se hizo esperar: inmediatamente han mandado el mensaje de que el control está en manos del ‘holding’ al seguir aumentando su posición de primer accionista hasta el 26,3% y con objetivo de seguir sumando. «El dividendo de Naturgy es un pilar fundamental de los ingresos que recibe la fundación y que destina íntegramente a su obra social, con la inversión de más de 500 millones de euros cada año en programas sociales, cultura y ciencia, investigación y salud, y educación y becas», ha dicho Isidro Fainé en un comunicado tras cierre de mercado en relación a los planes a futuro de IFM.
Y es que además, la semana pasada, IFM, decíamos, sin estar aún en el accionariado ni tener los apoyos necesarios para que la opa sea un éxito, planteaba la incorporación de dos consejeros en el caso de salir adelante su oferta y tomar el 22,7% o al menos el 17% de la compañía. El caso es que no era ningún secreto que IFM y sus intenciones para Naturgy no gustan nada en la Fundación ‘la Caixa’. Lo que era difícil de imaginar es que el presidente de esta última entidad, Isidro Fainé, daría el paso final de hacerlo público y notorio.
Asimismo, el banquero reafirmó que la fundación está plenamente comprometida con Naturgy y que continuarán comprando acciones a mercado. Su intención es continuar siendo el accionista de referencia y llegar hasta algo menos del 30% del capital social. En este sentido, la fundación ha manifestado «su decidido compromiso con lo que aprobó por unanimidad el consejo de dicha compañía en el marco de su plan estratégico 2021-2025. Y especialmente en aquello relativo a la política de retribución al accionista que prevé el mencionado plan».
En los últimos meses el rechazo de La Caixa a la opa de IFM era evidente. No buscaban un enfrentamiento directo, pero sí hacían frente común con el consejo y la presidencia de Naturgy para intentar reforzarse ante el fondo australiano.
El movimiento de IFM de plantear eliminar el dividendo de la gasista no sentó bien desde el principio a la fundación porque Naturgy es una de sus joyas de la corona de cara a la obra social. Por ello Fainé ha decidido tomar cartas directas en el asunto y atacar a las intenciones del fondo.
Más allá de ello, el comunicado emitido por La Caixa supone una muestra clara de fuerza respecto a quien desee perjudicar sus intereses, en este caso los australianos. No quieren dejar pasar la ocasión para transmitir que el control de Naturgy está, en buena medida, en sus manos como accionista de referencia y gran socio estratégico del grupo.
También hay que tener en cuenta que IFM cosecha ya el rechazo del 70% del capital social, al sumarse la negativa a acudir a la opa del resto de grandes fondos que están presentes en la energética, como GIP, Rioja o Sonatrach, lo que dificulta que pueda alcanzar la compra del 22,7% del accionariado.