Iberdrola prevé beneficios récord de 3.000 millones


Iberdrola prepara una nueva expansión muy atractiva para los inversores. Primero, por el reparto de jugosos dividendos, nada menos que 12.000 millones de euros en el periodo comprendido entre 2018 y 2022, lo que disparará el premio adicional por cada título de la eléctrica a los 0,4 euros cuando 2017 se cerró con una retribución de 0,323 euros, un 4% superior a la del ejercicio precedente, con un reparto de más de 2.000 millones de dividendos.

Segundo, por los fuertes planes de expansión de la compañía para ese periodo, que pretende comandar de nuevo el patrón de la multinacional energética. Ignacio Galán, quien debe renovar su mandato de cuatro años en 2019, contempla una inversión de 32.000 millones de euros en sus principales mercados, lo que le llevará a obtener un beneficio neto de entre 3.500 y 3.700 millones de euros para 2022, cuando concluye el plan.

Con estos mimbres, las acciones de la compañía avanzaron ayer un 1,62%, hasta los 6,25 euros, muy por encima del 0,21% del Ibex 35, y recuperan parte del terreno perdido desde finales de enero, cuando se dejaron un euro por el camino hasta el repunte iniciado a mediados del pasado mes.

Las buenas perspectivas del plan estratégico 2018-2022 presentado en febrero se acenturaron ayer con el escenario de la junta general de accionistas celebrada en el Palacio de Congresos Euskalduna de Bilbao. Allí, Galán sacó músculo y avanzó que, según esas directrices, 2018 cerrará con registros récord de 9.000 millones de beneficio bruto de explotación (ebitda), un 20% superior al del año pasado, y de cerca de 3.000 millones de beneficio neto, frente a los 2.804 millones alcanzados en 2017, lo que supondría un 7% más.

Sobre el contencioso que enfrenta a Iberdrola con Siemens por las últimas decisiones de la alemana sobre la compañía resultante de la fusión de la división eólica de Siemens con Gamesa, Galán defendió que la Comisión Nacional del Mercado de Valores es quien debe analizar si se están cumpliendo los compromisos que adquirió Siemens para no tener que lanzar una opa sobre Gamesa, entre ellos la finalidad industrial de la operación. Iberdrola, que mantiene una participación de un 8% en Siemens-Gamesa, respaldó la fusión con la salvaguarda de que si se incumplían los compromisos podría vender sus acciones a 22 euros, muy por encima de los 13,30 euros actuales.

La eléctrica considera que el grupo alemán, primer accionista de la compañía fusionada con el 59% del capital, «está gestionando la empresa como una filial», como se pudo constatar en la pasada junta de accionistas del fabricante de aerogeneradores, cuando Siemens tumbó todas las propuestas de Iberdrola, segundo mayor accionista, entre ellas la ratificación del mantenimiento de la sede del grupo en España a pesar de que el propio presidente de Siemens ha reiterado la disposición de la firma alemana de mantener la sede en el País Vasco. La pelea sigue y Galán se comprometió a vigilar que «no se utilicen los recursos de todos los accionistas en beneficio de uno solo».

Source: The PPP Economy

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