«Hay pocos momentos en la historia en los que invertir en hoteles sea tan accesible como ahora»


El coronavirus azotó al turismo hasta llevarlo a su mayor crisis de la historia, perdiendo algo más de 100.000 millones de euros de actividad. El deterioro causado en las empresas es enorme, desapareciendo muchas de ellas. Otras han cambiado de propietario o continúan hacia adelante con una deuda considerable. Uno de los sectores que más movimientos está registrando es el hotelero, donde algunos fondos de inversión se han adjudicado edificios hoteleros en los últimos meses. Las empresas podían continuar gestionando estos establecimientos y además rebajan su deuda. En ese sentido, la firma de capital riesgo Boscalt lanza un fondo de inversión con el banco Edmond de Rothschild, Boscalt Hospitality Fund, para invertir en activos hoteleros de cuatro/cinco estrellas, con un tamaño medio grande de no menos de 70 habitaciones y que están localizados en las principales ciudades europeas, entre las que se encuentran Madrid y Barcelona.

«La idea es invertir entre ocho y doce hoteles de capitales europeas», explica a ABC uno de los socios fundadores de Boscalt, Jaume Tàpies, junto a Liza Masías, que añade que el vehículo permite «invertir un mínimo de 100.000 euros, por lo que tiene una diversificación importante». Hasta el momento han levantado 100 millones de euros y tienen en mente lograr entre 250 y 300 millones de liquidez.

El objetivo con aquellos hoteles que tengan en cartera es reposicionarlos para venderlo en un plazo de cinco años. Los dos primeros años serían de reposición del hotel (nuevo operador, obras, reapertura…), para los años restantes crear una buena curva de resultados (en la jerga track record) para venderlo a otro inversor «más institucional». Hasta ahora cuentan con un hotel en Londres y esperan cerrar otras dos operaciones hasta final de año, una seguramente en Oporto.

Los hoteles en los que está focalizado este nuevo fondo son aquellos que estén localizados donde la inversión sea lo más líquida posible. «Vender un hotel en Madrid o Barcelona puede tardar seis meses. Venderlo en la costa, aunque ganes mucho dinero, el movimiento es mucho más lento», comenta Tàpies. Además, buscan plazas donde el turismo sea menos estacional. Es decir, que la ocupación no baje del 80% en todo el año. «Los destinos que tienen estacionalidad son destinos que no nos gustan particularmente porque son más complicados en la gestión y comercialización que el urbano», dice Tàpies.

A su vez, el directivo enfatiza que para estas ciudades se espera un crecimiento del 4 y 5% anual y, por eso, «Madrid está haciendo importantes inversiones en el aeropuerto para acoger a esta clientela que llegará en masa», donde espera que en noviembre llegarán los turistas de largo radio.

A su juicio, la crisis del coronavirus está provocando que las compraventas hoteleras tengan mucho más movimiento. «Hay muy pocos momentos en la historia en los que este tipo de inversiones sean tan accesible como ahora. Comprar hoteles en el centro de la ciudad no se venden cada día. Hoy el contexto macroeconómico del Covid hace que haya un movimiento en el mercado más significativo del que había antes y esto durará más años. Es un momento ideal para invertir en el sector que necesita mucha reestructuración», afirma Tapiès.

Sobre los precios, como informó ABC, los hoteleros se resisten a rebajarlos, aunque es mayor o menor dependiendo de las ciudades, según Tàpies. Mientras que sobre la competencia explica que «hay mucho dinero en el mercado» pero que «en la lista de las operaciones importantes que se han hecho no ha habido ninguna que no la haya realizado ningún operador nuevo que no se conociera antes de la pandemia». A su parecer, esto es porque «los bancos presta a sus buenos clientes que tengan buenos resultados en el sector. Esto hace que la inversión hotelera esté yendo a un paso menos rápido de lo lógico porque el problema es la financiación».

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