Galán ficha a Carmona: estalla la guerra total contra Sánchez


Si buscaba recrudecer la guerra entre Gobierno y energéticas, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, lo ha conseguido. Nada de buscar un interlocutor comedido con el que calmar ánimos y mantener buena sintonía entre unos y otros. Todo lo contrario. ¡Más madera! Y de un día para otro, en plena batalla del sector contra el decretazo de la vicepresidenta de la cuestión, Teresa Ribera, que buscaba contener los precios de la energía en la factura de la luz con un hachazo a las empresas, recortando los llamados «beneficios caídos del cielo», con la obligación de devolver 2.600 millones de retribuciones consideradas extraordinarias obtenidas por vender energía barata al precio de la más cara.

Y en un ambiente ya suficientemente enrarecido y tenso por la descarga que provocó en agosto el vaciado de embalses por parte de Iberdrola, acción que el Ejecutivo de coalición tildó de escandaloso por las sospechas de querer aprovecharse del alto precio de la energía…. ¿Podría empeorar aún más si cabe el toma y daca entre ellos? Pues sí. Sí podía. Con el fichaje del economista Antonio Miguel Carmona, desvelado el pasado sábado por la noche, Galán asestaba un derechazo en toda regla en el mentón del presidente Sánchez. Creando para más inri un puesto no existente, a medida del tertuliano socialista, en la eléctrica española. Vicepresidente en el consejo de la filial española de Iberdrola, cuyo presidente es Francisco Martínez Córcoles y la consejea delegada Ángeles Santamaría. Para algunos un puesto en una empresa vaciada de contenido. Bueno. Pero con mucho mensaje velado entendible solo para los protagonistas.

Del entorno del economista solo salieron buenas palabras cuando sus allegados en el partido fueron informados de la buena nueva. Mientras que Sánchez y los suyos no daban crédito a la noticia. ¿Puertas giratorias? Claro, ¡menudo bochorno y escándalo lo de Carmona! Lógico, en un partido en el que se ha condenado hasta la saciedad algo que ¿no existe?… ¡JA! El caso es que la puerta gira y gira en el caso de Carmona para unos, y la de otros -recuerden, por ejemplo, Marc Murtra en Indra o Juan Manuel Serrano en Correos-, no tiene nada que ver. La doble moral socialista de este Gobierno. Conmigo o contra mí. Pero si le retiran el carnet de partido a Carmona como muchos sanchistas -los de ahora, mañana serán otros- han pedido, se lo tendrán que retirar a más de uno. Y de diez. Que tomen nota por si aca… Los dos PSOE en todo su esplendor.

Y es que Carmona, desde hace años convenientemente apartado de todo protagonismo en el partido y en el Gobierno, nunca ha sido santo de la devoción de Sánchez, que le hizo cruz y raya por su lealtad y apoyo a la andaluza Susana Díaz -ojito derecho del «hermano» de Galán, Manuel Marín, el expresidente del Congreso tristemente fallecido en diciembre de 2017- en la carrera hacia el liderazgo del partido. El economista madrileño ya había rechazado anteriormente otras ofertas de firmas del Ibex en su consejo, y no podía dejar pasar el último tren. El partido de hoy, no es el partido de ayer. Así, ni corto ni perezoso, Galán vio la luz. ¿No hay entendimiento? Calambrazo al canto. Nuevo cargo ante la necesidad de contar con un experto economista, con dotes de relaciones institucionales, con inversores y, a más, con los medios de comunicación, entre los que se mueve como pez en el agua. Precisamente un puesto que quedó vacante y sin contenido desde que el popular Fernando Bécker abandonase la empresa hace dos años.

En definitiva, guerra abierta y total entre Galán y Sánchez, y Carmona como puerta. ¿O solo es otra batalla? Las grandes batallas son un teatro a cielo abierto con decenas de miles de actores. El carácter cuenta en cuenta en cada combate y determinará el vencedor en la batalla final. La suerte está echada.

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