Gafas electrónicas


Las gafas pueden ser programadas para volverse opacas, actuando como un parche digital que se enciende y se apaga

terapia-visual-infantil

El ojo vago, sigue siendo la causa más común de discapacidad visual en los niños, consistente en la mala visión en un ojo que no se desarrolla normalmente durante la primera infancia. Esto puede ocurrir cuando un ojo es mucho más corto de vista que el otro o cuando un ojo se desvía o se mueve hacia el interior. El niño necesita recibir tratamiento hacia los 8 años de edad mientras que sus ojos y el cerebro todavía se están desarrollando, porque sino podría llegar quedarse ciego del ojo más débil.

Lograr que los niños cumplan con los tratamientos del ojo vago como parches oculares o gotas medicinales sigue siendo un reto importante para los oftalmólogos y los padres. Un estudio reciente encontró que uno de cada cuatro niños sienten ansiedad antes de usar gotas para los ojos y que casi el 15 por ciento se niega a echarse las gotas. Tanto los colirios como los parches funcionan basándose en el método de oclusión, que consiste en bloquear el ojo que mejor ve, obligando al cerebro a confiar el llamado ojo vago. Durante el proceso, la visión mejora, aunque muchos niños todavía necesitan gafas para corregir su visión.

En comparación, las gafas electrónicas empleadas en este estudio combinan la corrección de la visión y la oclusión. Las gafas pueden adaptar a la prescripción de la visión de un niño y como son de pantalla de cristal líquido, también pueden ser programadas para volverse opacas, taponando la visión en el ojo izquierdo o derecho durante diferentes intervalos de tiempo, actuando como un parche digital que se enciende y se apaga.

GrupoUnetcom