Europa tampoco encuentra el ritmo en la carrera del 5G


El despliegue de la red 5G avanza a diferentes velocidades en tres bloques diferenciados: Estados Unidos, Asia y Europa. Y, por ahora, como ocurre en otros muchos aspectos tecnológicos, EE.UU. y Asia –especialmente China, Corea del Sur y Japón– están por delante en la carrera por implementar la infraestructura necesaria que soportará el uso de esta revolucionaria tecnología. ¿Por qué Europa está más atrasada? «El mercado europeo está más fragmentado que el estadounidense o el asiático. Hay un gran número de operadores por país y una regulación muy fuerte que no favorece este tipo de inversiones», responde Vanesa González, socia responsable de Telecomunicaciones de PwC en España.

En Estados Unidos y Asia hay una mayor concentración de operadores. Pocas compañías compiten por proveer servicios de telecomunicación a millones de potenciales clientes, lo que, sumado a una regulación atractiva, provoca que sea más interesante invertir para desplegar redes de 5G. «La regulación en Estados Unidos es más favorable, mientras que China, con su operador de referencia y el impulso del gobierno, está invirtiendo de manera significativa por ser el líder de la industria 4.0», explica González.

Catalizador

En todo el planeta hay unos 220 millones de suscripciones móviles con servicio 5G, según el informe Ericsson Mobility Report publicado en febrero. Según el último reporte de la asociación de operadores móviles GSMA, la penetración del 5G en 2025 será del 50% en China, Japón y Estados Unidos. Mientras tanto, el porcentaje en el Viejo Continente rondará el 30% para la misma fecha. «No debemos dormirnos en los laureles. El 5G va a ser un catalizador de la cuarta revolución industrial y permitirá el uso de nuevas tecnologías como la robótica o la realidad virtual», comenta.

Posición ventajosa

España cuenta con una posición de cierta ventaja dentro de la Unión Europea (UE), ya que es uno de los países con más fibra óptica desplegada. «Hay más fibra desplegada en España que en la suma de Reino Unido, Italia, Alemania, Portugal y Francia juntas», dijo José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, durante una entrevista radial a finales de 2020.

Sin embargo, nuestra gran red de fibra no es la adecuada para desplegar el 5G. «España tiene mucha fibra que llega a los hogares, pero no de la que conecta con las torres de telecomunicaciones. Esa es la importante para desplegar el 5G», explica Javier Arenzana, socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España. Muchas torres en España tienen conexión por radioenlace, un sistema que limita la capacidad de transmisión de información y dificulta la expansión de la infraestructura 5G.

«Hacen falta torres de comunicación con fibra óptica que puedan transmitir altos volúmenes de datos para que el 5G funcione», comenta Arenzana. Instalar conexiones de fibra en las torres requiere de una inversión elevada, ya que en muchas ocasiones estas infraestructuras se encuentran alejadas de los núcleos urbanos. A pesar de la ventaja que llevan China y Estados Unidos, Arezana cree que España «no está mal» dentro de la carrera internacional. «Evidentemente no somos los primeros, pero somos parte de la segunda ola de despliegue», comenta el experto de KPMG.  

Hay cuatro operadores en nuestro país que ya han comenzado a desarrollar su propia infraestructura de 5G: Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo. De acuerdo con las últimas noticias sobre sus niveles de cobertura 5G, Movistar cubre el 80% de la población desde el mes de abril, mientras que Orange está presente en 442 municipios. Por su parte, Yoigo y Vodafone van ligeramente más retrasados con 200 y 25 ciudades, respectivamente.

Con el objetivo de asegurar la competitividad del tejido industrial español, Arezana hace hincapié en que el despliegue de la nueva tecnología debe ser prioritario en los polígonos, centros empresariales o eje logísticos. En ese sentido, Vanesa González, de PwC España, explica que el desarrollo temprano de la red 5G es un elemento que puede tener un significativo impacto positivo en el PIB de los países que lo implementen de manera temprana.

Se estima que el 5G tendrá un impacto económico positivo de 1,3 billones de dólares en todo el mundo para 2030, de acuerdo con un estudio de PwC. De hecho, su contribución para el PIB global será equivalente al 1% para entonces. En 2030, el 5G tendrá un impacto de 484.000 millones de dólares en Estados Unidos, unos 220.000 millones en China y en Japón será de 76.000 millones. Esas cifras surgen del impacto que tendrá el 5G en ocho países y cinco grandes sectores: salud, eléctrico, consumo y medios de comunicación, industrial y financiero, explica el documento.

Fondos claves

«El impacto del 5G en el PIB de China y Estados Unidos en 2030 va a ser 10 veces superior al que tendrá en Europa», remarca González, quien considera que Europa tiene una gran oportunidad con los fondos Next Generation. Este programa prevé una inversión de 750.000 millones de euros para recuperar y modernizar la economía de la UE. Y, dentro de sus diferentes apartados, hay un capítulo para el desarrollo del 5G.

¿Es demasiado tarde ya para recortar distancia con China y EE.UU. y Europa debería ya posicionarse en el siguiente capítulo, la carrera por el 6G? Los dos expertos consultados, de KPMG y PwC, coinciden en que no ha lugar: Europa debe primero asentar su red 5G antes de comenzar con el 6G. «No deberíamos saltar al 6G sin haber desarrollado unas bases comunes ni aprovechar todo el potencial del 5G», dice González. «El 6G ya se está discutiendo. Ya hay pruebas técnicas y grupos de investigación de distintos países», dice Arezana, quien indica que entre cada generación pasan diez años. «Si el 5G ha empezado en 2020, el 6G no llegará hasta 2030», concluye. 

Por si acaso, Nokia y Ericsson, los principales actores europeos en el 5G, ya trabajan en Hexa-X, una iniciativa de la Comisión Europea para impulsar el liderzago del Viejo Continente en la investigación sobre el 6G.

Toca seguir mirando al futuro, aunque el presente sea más bien incierto y el peligro del retraso tecnológico con EE.UU. y China sea real. No en vano, un reciente informe del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la propia Comisión Europea avisaba de que la brecha entre Europa y EE.UU. en términos de financiación de ‘venture capital’ para el ecosistema de innovación en la nueva tecnología 5G asciende a entre 4.600 y 6.600 millones de euros anuales

Las instituciones europeas advierten de que esta «significativa» brecha supone un «importante desafío» para la rápida evolución del 5G en Europa, que corre el riesgo de quedarse atrás en la carrera por el liderazgo en la nueva tecnología móvil.

Más de un lustro de pruebas de campo

España trabaja en la implementación del 5G desde 2016, cuando la Comisión Europea publicó su plan de acción para que el continente despliegue esta red. Hasta el momento, se han invertido entre 70 y 80 millones de euros en los más de 120 programas piloto para comprobar el funcionamiento de la tecnología, dice Javier Arenzana, socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España. Se han hecho pruebas en todas las provincias, además de comprobar las capacidades de la red de equipos y de frecuencias.

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