Este Gobierno lo sabe todo


Este Gobierno es omnisciente. Lo sabe todo. Además de cuánto debe pagar usted en impuestos sabe cuánto debe ganar la gente que gana menos. Conoce lo que deben ganar las empresas para no ser groseras y ya puestos quiere fijar el precio de la luz -ahí ha fallado porque sabe, pero es incapaz de alcanzarlo-, y ahora sabe cuál es el nivel que deben tener los alquileres que, como es natural, debe situarse por debajo de los deseos de los propietarios y por eso ha decidido que deben reducirlos.

Si lo piensa un poco, tiene una manifiesta tendencia a fijar el precio de las cosas, lo cual se aparta bastante de las actuaciones anteriores de los gobiernos socialistas, pero entronca perfectamente con la más rancia tradición comunista. Podemos ha adivinado que la muralla de contención que suponía la vicepresidenta Calviño presenta grietas por las cuales puede colar ideología. Lo malo es que esa tradición ha fracasado en todos las latitudes y en todos los tiempos en los que se ha aplicado en el pasado. Fijar los precios de las cosas es una vieja aspiración de los líderes comunistas que se sienten más listos y capaces que el mercado. La experiencia demuestra que no hay nadie más listo que un mercado que funcione con la libertad suficiente y por eso la decisión de sustituirlo por la voluntad de los dirigentes es equivocada, además de peligrosa. ‘Más mercado’ es la mejor medicina para curar los males que el mercado, en ocasiones, provoca. ¿Aparte de ellos mismos claro está, alguien prefiere el precio de los alquileres lo fijen personas como Yolanda Díaz, Alberto Garzón o Ada Colau?

Si el precio de cualquier bien o servicio es demasiado elevado y dificulta el acceso a ellos de las personas menos favorecidas hay que actuar sobre la oferta y adoptar medidas que la aumenten y no limitarla y encorsetarla como ahora se pretende. Pero claro, Pedro Sánchez se ha comprometido a presentar este mes su proyecto de Presupuestos y Podemos, que le tiene tomada la medida, le aprieta. El dogmatismo y los malos modos de Pablo Iglesias no consiguieron derrotar a Nadia Calviño, pero las buenas maneras y la suavidad del gesto de Yolanda Díaz lo ha logrado. Primero con el SMI y ahora con los alquileres. Nuestro presidente no cree en la frase que le sirvió a Shakleton, pero no a Negrín: ‘Resistir es vencer’, y se encuentra más cómodo con esta otra de ‘Ceder para mantenerse’. Así que él se mantiene, pero nosotros… ya veremos.

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