España incorpora 16,7 cotizantes por cada nuevo pensionista


Trabajo, Sanidad y pensiones. La Santísima Trinidad de las cuentas públicas. De la cuadratura de estas tres variables depende el futuro del sistema de bienestar tal y como lo conocemos en España desde los años 60 del pasado siglo y, en especial, desde la Transición. Y todas ellas, como la sostenibilidad del propio Estado vía impuestos, están supeditadas al empleo. Sin nuevos cotizantes, cuantos más mejor, es imposible que el sistema resista la presión demográfica, con la actual esperanza de vida media de los españoles en 83 años. La longevidad alcanzada, una de las más elevadas del planeta y un éxito de nuestro sistema social y sanitario, se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el mantenimiento del futuro sistema pensiones y más habida cuenta que, según las proyecciones, los españoles ganan un año de vida extra cada lustro.

El pasado mes de abril se cerró con 17,46 millones de afiliados a la Seguridad Social para un total de 9,37 millones de pensiones a abonar cada mes (incluidas no sólo las de jubilación sino las viudedad, orfandad, etc.). Con estas cifras, hay a fecha de abril 1,86 trabajadores cotizando para sostener cada pensión. De estas, 5,7 millones son pensiones de jubilación. De media, cada 5,7 millones de jubilados recibió en abril 1.038,93 euros. Sin duda se trata de la «nómina» más alta dentro de las pensiones ya que la pensión media de viudedad asciende a 636,34 euros y la de incapacidad permanente a 928,74 euros. En total, la pensión media (contando todas y teniendo en cuenta que un pensionista puede recibir varias pensiones a la vez) fue de 900 euros en abril pasado.

Jubilaciones más caras

Sin embargo, los jubilados que comienzan a cobrar desde hoy su pensión pueden considerarse unos afortunados. Así, el importe medio de la pensión de jubilación para aquellos pensionistas sujetos al régimen general que comenzaron a cobrar en marzo pasado fue de 1.447,74 euros (1.323 euros de media para el total del sistema).

Aunque esté mal visto decirlo, quienes conocen de cerca el funcionamiento del sistema aseguran que «los nuevos jubilados son los nuevos ricos». La cuenta es la siguiente: mientras el salario medio más frecuente en España ronda los 1.100 euros brutos al mes, los nuevos pensionistas cobran cerca de 1.500 euros de media. Con esta proporción, el colapso del sistema está más que asegurado.

Sin embargo, hay un halo de esperanza. Y es que la favorable evolución del mercado de trabajo ha arrojado unas cifras que permitiría, si se mantuviera la actual creación de empleo, garantizar el cobro de esas nuevas pensiones.

Entre enero y abril del presente año se incorporaron al sistema 21.501 pensionistas mientras que la afiliación a la Seguridad Social creció en 359.478 personas. Esto implica que en el primer cuatrimestre del año la proporción de nuevos cotizantes por cada nuevo pensionista es de 16,7 a 1. Como también han aumentado más el número de pensiones que el de pensionistas en este periodo (se ha pasado a abonar 24.381 pensiones nuevas) la proporción entre los nuevos cotizantes y el número total de nuevas pensiones es algo menor, pero aun así muy positiva: 14,74 nuevos afiliados por cada nueva pensión a pagar.

De ahí la obsesión del Gobierno en funciones por mantener los actuales ritmos de creación de empleo hasta alcanzar los 20 millones de ocupados cotizando a la Seguridad Social. Más aún teniendo en cuenta que, desde el punto de vista salarial, son necesarios más cotizantes ahora para afrontar el pago de las nuevas pensiones.

Además, esto permitiría regresar a la Seguridad Social al superávit necesario para volver a engordar las menguantes arcas del Fondo de Reserva (FRSS). La llamada hucha de las pensiones arrancó el año con un total de 32.481 millones de euros, lo que representa un 3% del PIB. Su valor de mercado fue algo superior, hasta superar los 35.000 millones (3,24% del PIB).

Desde 2010, último año en el que las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social asignaron capital al Fondo de Reserva (1.740 millones) con cargo a los excedentes presupuestarios, la hucha de las pensiones no ha vuelto a engordar. Su mayor cuantía se alcanzó en 2011 (66.815 millones de euros) y desde entonces ha perdido más de la mitad del tesoro: 34.334 millones, el 51,3%. Menos que lo que arrojarían las disposiciones realizadas entre 2012 y 2015 para complementar el pago de las pensiones (47.201 millones) gracias a los rendimientos netos obtenidos en esos cuatro años en que los que el Gobierno «tiró» del FRSS y que sumaron 12.062 millones.

Source: The PPP Economy

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