España enciende el motor del hidrógeno verde


Green Hidrógeno Cantabria, Corredor Vasco del hidrógeno, Clúster del Hidrógeno Verde de Castilla-La Mancha, Consorcio del Hidrógeno Verde de Cataluña, Valle del Hidrógeno de las Tierras del Ebro de Tarragona… Son algunas de las agrupaciones estratégicas que han despegado en distintas autonomías para competir en la carrera por el hidrógeno como gran fuente energética del futuro. A las plataformas citadas se suman iniciativas similares en otras regiones, como Andalucía, Murcia, Galicia o Asturias. La lista de proyectos es amplia y con grandes inversiones previstas, en busca de los fondos europeos Next-Generation para la recuperación económica. En torno a la industria del hidrógeno, empresas e instituciones españolas han diseñado proyectos que suman miles de millones de euros.

Estos programas autonómicos suelen tener un común denominador: son agrupaciones en las que participan empresas y organismos públicos -caso de los propios gobiernos regionales-, con el objetivo de desplegar la tecnología para producir hidrógeno y consumirlo como energía estratégica en el transporte y en la industria de los respectivos territorios.

Tras estas iniciativas hay grandes compañías tractoras, que están apostando con fuerza por esta energía del futuro, en pleno proceso de descarbonización y de reducción del consumo de combustibles fósiles.

El hidrógeno verde es el que se genera con electricidad obtenida de fuentes renovables, electricidad necesaria para disociar las moléculas de hidrógeno y de oxígeno del agua.

Estrategias catalanas

«Actualmente, en Tarragona se produce el 90% del hidrógeno que se obtiene en España, con Repsol y Basf como grandes productores», explica Baltasar Pozuelo, director general del ‘hub’ empresarial Área 8. Esta entidad actúa de locomotora en el desarrollo del hidrógeno verde en Cataluña. Área 8 tiene 30 socios, con empresas e instituciones como Iberdrola, Carburos Metálicos, Banco de Sabadell, Huawei, el Consorcio de la Zona Franca o el Puerto de Barcelona.

Hoy por hoy, el hidrógeno es esencial para la producción de fertilizantes y para ciertos procesos en la industria de derivados del petróleo. Y la potencia del complejo petroquímico de Tarragona es la que sustenta el proyecto denominado Valle del Hidrógeno de las Tierras del Ebro. Pero hay más: Área 8 también trabaja en un ambicioso proyecto para implantar el hidrógeno verde en toda la movilidad pública del aeropuerto de Barcelona y de su entorno, lo que incluye también el transporte de viajeros por carretera y vías urbanas. El proyecto opta a los fondos Next-Generation, «está presupuestado en 33 millones de euros y, si es aprobado, se ejecutaría entre los años 2022 y 2026», explica Pozuelo.

Hidrogenera en el Centro Nacional del Hidrógeno, en Puertollano (Ciudad Real)Otro proyecto es la Biorregión Cantábrico-Mediterránea. Consiste en desplegar redes de distribución y puntos de suministro de hidrógeno en los grandes ejes de transporte que discurren por Cantabria, País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana, así como en Baleares. El presupuesto asciende a 1.500 millones de euros. También opta a los fondos europeos.

La industria vasca

En la cornisa cantábrica, 124 empresas e instituciones participan en el clúster creado en torno al llamado Corredor Vasco del Hidrógeno. El segmento industrial lo lidera Petronor. En la parte pública figuran instituciones como el Gobierno vasco y las diputaciones forales.

El clúster «tiene identificadas inversiones por más de 1.400 millones de euros hasta el año 2026, a los que podrían sumarse otros 1.500 millones hasta 2030», explica a ABC Arturo Fernández Goyenechea, que trabaja activamente en este programa vasco del hidrógeno y que también es responsable de proyectos de hidrógeno en Petronor Innovación.

El objetivo es doble: promover la producción y consumo de hidrógeno a gran escala en el País Vasco, lo que pasa por implantar la infraestructura necesaria para ello; y crear un tejido industrial ligado a esta energía del futuro, fomentar la fabricación de equipos: desde autobuses o trenes que se muevan con hidrógeno, a electrolizadores, instalaciones o componentes necesarios para la producción y distribución de hidrógeno.

Petronor actúa como industria tractora. Su inversión inmediata de referencia es la construcción de un electrolizador de 100 megavatios para producir hidrógeno verde con electricidad obtenida por un parque de renovables ligado a ese electrolizador.

Cantabria y los astilleros

«El potencial del hidrógeno en España podría ascender en el año 2.300 a un volumen de negocio de 1.300 millones de euros y a 227.000 puestos de trabajo, según un informe de expertos que maneja la Comisión Europea», explica Eva Novoa, directora general de Soermar, la fundación y centro tecnológico de los pequeños y medianos astilleros privados, de ámbito nacional. Esta entidad ha auspiciado la creación del Clúster Marítimo de Cantabria, un consorcio que ya agrupa a 26 empresas en torno al proyecto denominado ‘Green Hidrógeno Cantabria’. Además de estar pensado para la economía regional, pretende tejer alianzas entre varias autonomías: «Nuestro objetivo es aunar los esfuerzos que se están desplegando en las regiones de la zona cantábrica, porque si nos unimos podríamos ser pioneros a nivel europeo», afirma Novoa.

Equipos de laboratorio para la obtención de hidrógeno a partir del aguaUno de los objetivos de este programa es introducir y extender el hidrógeno como fuente energética en los astilleros, para reducir la huella de carbono de la industria de reparación y transformación naval. Además, ha proyectado la construcción de una planta de generación de hidrógeno verde. Se ha presupuestado inicialmente en 6,2 millones de euros, con un plazo de ejecución de entre 34 y 36 meses. «Pero es casi seguro que la inversión final será mayor, porque el tamaño definitivo de esa planta dependerá de la demanda de consumo de hidrógeno, y creemos que va a ser superior al que hemos considerado como punto de partida», indica Alfonso Carneros, director técnico de Soermar.

El foco de Puertollano

Castilla-La Mancha es otra de las regiones que ha lanzado su propio clúster del hidrógeno. En su caso, al calor del epicentro nacional de la investigación en esta nueva energía. Se trata del Centro Nacional del Hidrógeno, que tiene su sede en Puertollano (Ciudad Real), que fue promovido por el Estado en 2007. Su director es Emilio Nieto. En él trabajan 48 personas, prácticamente todos ellos perfiles técnicos, centrados en investigación.

Este centro también presta asistencia a empresas, una faceta que «ha crecido de forma espectacular en el último año y medio», explica Emilio Nieto. Acuden para buscar ayuda en desarrollos científico-técnicos, ingeniería preliminar, validaciones y experimentaciones en el campo del hidrógeno.

«Tradicionalmente ingresábamos por servicios a empresas entre 300.000 y 500.000 euros al año, pero en 2020 la cifra alcanzó el millón y medio de euros, y en lo que llevamos de 2021 solo con dos contratos ya superamos el millón y medio», destaca Nieto. El perfil de las empresas que recurren a sus servicios son grandes corporaciones como petroleras o eléctricas, para cuyo negocio va a ser estratégico el hidrógeno, así como pymes de energías renovables que buscan desarrollos ligados a ese mercado del futuro.

Por otra parte, Iberdrola ya trabaja en la instalación en Puertollano de una planta de producción de hidrógeno. La inversión ronda los 300 millones. Y se ha aliado con la estadounidense Cummins para montar una fábrica de electrolizadores en Guadalajara, con 50 millones de inversión. Se prevé que entre en servicio en 2023 y que cree 350 empleos.

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