El nuevo paso adelante de la tecnología que lava más verde


De los usos más cotidianos salen los proyectos más innovadores. Como el que ha llevado a cabo de Cepsa en su planta de San Roque (Campo de Gibraltar), donde ha introducido la tecnología Delta para fabricar de forma más segura, eficiente y sostenible alquilbenceno lineal (LAB), la materia prima que se utiliza para la elaboración de detergentes biodegradables, y de la que Cepsa es el mayor productor del mundo.

Así la compañía ha conseguido un proceso de fabricación del LAB mucho más respetuoso con el medio ambiente, ya que este sistema reduce un 10% el consumo de electricidad y un 5% el de gas natural, ahorra 80.000 metros cúbicos de agua al año y evita 1.100 millones de toneladas de emisiones y residuos al año. Con otra ventaja añadida, como cuenta Paloma Alonso, directora de Química y ESG de Cepsa: «La mejora tecnológica en la planta de Campo de Gibraltar también nos permite aumentar la producción y responder así a la creciente demanda de detergentes biodegradables, cuyo consumo ha crecido como consecuencia de la pandemia, especialmente en mercados africanos, en los que se espera un mayor incremento en los próximos años».

Cepsa es el primer productor de LAB del mundo

Con esta profunda renovación la planta química de Puente Mayorga, como se conoce, se convierte en la primera de España en usar el sistema Delta, que ya se empleaba desde hace 25 años en otra fábrica que Cepsa construyó en Canadá. Pero la de Cádiz ha tenido mayor complejidad porque desde una planta ya existente con tecnología basada en ácido fluorhídrico se ha conseguido transformar al nuevo sistema Delta. «La innovación ha consistido en hacer la transición de una tecnología antigua a otra nueva. Y eso ya se podrá llevar a cabo en muchas otras plantas. Hemos pasado del ácido fluorhídrico que es un líquido peligroso y con cierta complejidad al alquilbenceno lineal, un catalizador inerte. Y a su vez hemos logrado un proceso más simple que reduce todos los inputs que no queremos», explica Paloma Alonso.

Digitalización

Esta gran mejora tecnológica ha requerido una inversión de 117 millones de euros y a la vez se ha aprovechado para llevar a cabo la transformación digital de la fábrica, incorporando técnicas de inteligencia artificial, machine learning, big data y analítica de datos. «Hemos aprovechado el proceso de transformación de la planta para incorporar los últimos avances en industria 4.0 e inteligencia artificial, modernizando nuestros sistemas para poder predecir cualquier tipo de incidencia y atenderlas antes de que ocurran, con lo que potenciamos la eficiencia y mejoramos los procesos de producción», indica Alonso.

Los planes de Cepsa son acometer también esta transformación tecnológica en una planta similar en Brasil y «este año estamos haciendo las primeras pruebas para introducir productos de origen vegetal como materia prima y hacer más verde el LAB. La nueva tecnología nos permite esto», añade Alonso.

Cepsa desarrolla otros procesos químicos y productos que también están presentes en nuestro día a día y son esenciales para otros sectores industriales. El LAB lo encontramos en los detergentes biodegradables, en lavavajillas y limpiadores de todo uso. Pero la compañía también fabrica alcoholes vegetales, fenol, acetona y disolventes. Por ejemplo, el fenol tiene múltiples aplicaciones y se pueden encontrar en medicamentos, aditivos alimentarios, teléfonos móviles, aislamientos o materiales de construcción.

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