El FMI deja el crecimiento de España en 2021 en el 4,9% y lo señala como la gran decepción de la eurozona


Contra lo que aseguraba el Gobierno e incluso contra lo que esperaban los grandes organismos internacionales, la economía española, que fue una de las que más sufrió el golpe de la pandemia, no ha sido la que ha mostrado también una recuperación más vigorosa en el primer año de la reactivación. El poderoso crecimiento del 9,8% que el equipo de Nadia Calviño ‘pintó’ para sostener las cuentas públicas de 2021 y el más moderado del 6,5% que se vio obligado a instaurar cuando pasados apenas tres meses del año pasado ya se observó que el objetivo planteado en los Presupuestos era totalmente inalcanzable se quedará finalmente, según el avance publicado este martes por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un mucho más modesto 4,9%, que no sólo se sitúa a una galaxia de distancia de la previsión oficial sino por debajo del crecimiento mundial y del crecimiento medio de la zona euro.

Lejos quedan ya los entusiastas mensajes que el Gobierno lanzó el pasado verano, al calor de un muy positivo dato de avance del crecimiento del segundo trimestre -que el INE enmendaría semanas después en una corrección histórica y polémica-, y en los que auguraba que España sería el motor de la recuperación económica en Europa. Los datos proporcionados este martes por el FMI, ya con un volumen de información importante sobre el desempeño de las diferentes economías en la mano, sitúan el crecimiento español del 4,9% por debajo de la media: por debajo del crecimiento del 5,2% marcado por la zona euro, del 5% registrado en las economías avanzadas o del 5,9% del PIB mundial.

La comparación con nuestros principales competidores, el resto de las grandes economías del euro, tampoco resulta particularmente positiva. El avance del FMI atribuye a Francia un crecimiento del 6,7% y a Italia, del 6,2%. El Reino Unido, por ejemplo, habría rebotado un 7,1% en el primer año de la recuperación. La comparación es relevante porque hace solo un año los analistas del FMI atribuían a España un potencial de crecimiento en 2021 muy superior al de estos países, a partir de las más que positivas expectativas trasladadas por las autoridades españolas.

Las proyecciones que el FMI publicó en enero de 2021 atribuían a la economía española un potencial de crecimiento del 5,9%, a horcajadas del empujón a la inversión que se esperaba de los fondos europeos – muy inferior al que proclamaba el Gobierno de España, pero del que se esperaba un impulso importante- y que situaba a España como la economía avanzada con unas mejoras expectativas para 2021, muy por encima del crecimiento esperado a nivel global (5,5%) y por supuesto para la eurozona (4,2%).

También claramente por encima del crecimiento que el organismo esperaba para Francia (5,5%), Italia (3%) o Reino Unido (4,5%). El desempeño posterior de las principales economías europeas a lo largo del año ha separado a España del creciente vigor de éstas y ha emparentado a la economía doméstica con la alemana para que la que se esperaba ya un crecimiento más modesto del 3,5%, pero que según el organismo cerró 2021 con un avance aún más tenue del 2,7%. Incluso en el caso alemán el ajuste respecto al crecimiento esperado hace ahora doce meses es menor que en el caso de España, a los que los datos del FMI sitúan como la gran decepción de 2021 junto a la economía japonesa.

Todo ello pese a las excepcionales ratios de vacunación acreditadas por el país, que han sido valoradas y aplaudidas por los principales organismos internacionales, y pese a la rapidez con la que España ha movido los hilos para poder hacer uso de la palanca de crecimiento de los fondos europeos lo antes posible.

Para terminar de completar el cuadro, el FMI muestra un punto mayor de pesimismo respecto a la evolución de la economía mundial de cara a 2022. El informe de actualización de previsiones que el organismo ha publicado este martes (WEO, según sus ya conocidas siglas en inglés) advierte de que «la economía global arranca 2022 en una previsión más débil respecto a lo previsto» como consecuencia de una serie de factores entre los que cita el impacto de la variante Ómicron, la persistencia de las tensiones en el mercado de los precios energéticos, los problemas en las cadenas de suministro y la extensión de las presiones inflacionistas a cada vez mayor número de sectores, aliñado todo ello con una demanda algo más débil del poderoso mercado chino.

El Fondo entiende que ese ‘cocktail’ de factores rebajará el ritmo del crecimiento mundial del 5,9% al 4,4% y el de la zona euro del 5,2% al 3,9%. Mientras el mundo afronta la desaceleración tras la vigorosa recuperación de 2021, España llegará un año tarde a la recuperación y acelerará su crecimiento en este año entrante a contracorriente de la tendencia mundial desde el 4,9% al 5,8%. La previsión del organismo vuelve a situarse lejos del objetivo gubernamental del 7%, pero sí sitúa a España como la gran economía desarrollada que más crecerá este año, en el que como ya avanzó la responsable de la misión en España del FMI el pasado mes de diciembre se espera que el país reciba el impulso de los fondos europeos que no tuvo en 2021.

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