El conmovedor hilo viral de Twitter sobre las dificultades de los ancianos con la tecnología


La constante digitalización de todos los aspectos la sociedad llevan, inevitablemente, a que los ancianos se sientan perdidos a la hora de hacer las cosas más simples del día a día.

Pedir una visita al el médico o realizar una operación bancaria, por ejemplo, se han convertido en odiseas para los más mayores, para quienes las nuevas tecnologías llegaron tarde. Incluso para confirmar una cita para la vacuna del coronavirus o enseñar el pasaporte Covid han tenido que aprender a usar los código QR o las llamadas automáticas, en las que se les obliga a hablar con robots.

Amparo, una usuaria de Twitter, ha relatado en un hilo viral la experiencia que ha tenido ayudando a un señor que «probablemente supere los 80 años», según su descripción, que intentaba ingresar dinero en un cajero automático. <blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»es» dir=»ltr»>Un señor que, probablemente supere los 80 años, guarda cola en un cajero, me coloco detrás de él, y, cuando accede, saca un sobre que presupongo contiene dinero.<br><br>Le observo a una distancia prudencial y me percato de que es incapaz de llevar a cabo la operación.</p>&mdash; Amparo (@Amparito51043) <a href=»https://twitter.com/Amparito51043/status/1486314387237478402?ref_src=twsrc%5Etfw»>January 26, 2022</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>

El desconocimiento le llevó a tocar varias veces la pantalla táctil, imitando lo que veía que hacían otras personas, pero sin ser capaz de entender el funcionamiento de la máquina. Al ver que la cola aumentaba, ella le ofreció su ayuda.

Amparo, que no conocía de nada al hombre, le explicó cómo hacer la operación que deseaba realizar, y gracias a ella logró ingresar el dinero. Al terminar, él le agradeció el gesto: «Nos retiramos del cajero para que pase la siguiente persona, y me da las gracias. Le digo que no se preocupe, que ha sido un placer», explica.

Sin embargo, el señor quiso recompensarla. «Antes de marcharme, introduce la mano en el bosillo de su chaqueta, saca la cartera y me ofrece un billete de diez euros. Yo no doy crédito, me asombro y le digo que de ningún modo, por favor», cuenta Amparo.

Tras la despedida de estos dos desconocidos, la twittera cuenta que se quedó con «un s

entimiento de pena por este señor y por todos los mayores que se están viendo solos frente a este monstruo de la tecnología, que cada vez más nos está convirtiendo en seres sin alma ni compasión». «No cuesta nada atenderles, y facilitarles un poquito la vida con todo lo ellos hicieron por nosotros», defiende. Amparo termina este hilo denunciando que cree que estamos «deshumanizándonos».

Source: Noticias

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