¿Cuáles son las trabas a la energía solar y el fomento del autoconsumo?


La obtención de energía a través de fuentes renovables (como ocurre con la energía fotovoltaica y las placas solares) ofrece muchas ventajas. Por un lado está la repercusión medioambiental (no contamina, no produce ruidos y apenas requiere de mantenimiento) Por otro, hay que valorar la parte económica (porque supone un importante ahorro, reduce la dependencia energética de los países entre sí, se puede llegar a más zonas que con el tendido eléctrico y los sistemas son sencillos de instalar) Pese a que todo esto es cierto y todo el mundo puede salir beneficiado de un planeta limpio y sostenible, en el otro lado de la moneda las eléctricas (y quienes están detrás de ellas), así como el resto de empresas que se encargan de suministrar energía, siempre ponen dificultades para que los planes de desarrollo de la energía fotovoltaica salgan adelante. No en vano, en España se cuenta con la segunda factura energética más cara de toda Europa y, de hecho, la factura de la luz lleva subiendo una década y, desde entonces, se calcula que el encarecimiento ha sido del 63%. Además, se estima que el país gasta cada día 120 millones de euros en importar combustibles fósiles. En definitiva mucho dinero que no quieren perder quienes se benefician de que la situación permanezca inalterable.

Desde la Asociación de Productores de Energías Renovables (Anpier) han querido denunciar la situación ante la que se enfrentan y señalan, directamente, al Gobierno. Primero, vieron cómo les reducían las ayudas a los productores solares y lo último ha venido de la mano de una subasta en la que, desde el Ministerio de Energía, han decidido adjudicar toda la parte de las renovables a los proyectos eólicos. A lo anterior hay que añadir el hecho de que desde las compañías eléctricas ponen muchos obstáculos para que los sistema de autoconsumo logren prosperar. Según declaran desde la misma Anpier, les exigen tener contadores de nueva generación (lo que supone un alto coste) o inversores difíciles de conseguir para que no consigan sus objetivos.

Álvaro Nadal, quien se encuentra al frente del Ministerio de Energía ha decidido repartir licencias para 3.000 nuevos megavatios de energías renovables y todos han ido a parar a las eólicas porque la premisa de la gran subasta partía de que se elegirán los proyectos que requirieran un menor coste de inversión, con lo que se favorecía a las grandes empresas con energía eólica y se discriminaba a las pymes que tratan de hacerse un hueco con la energía fotovoltaica. Desde la patronal UNEF (Unión Española Fotovoltaica) intentaron paralizar esta subasta por considerarla injusta y recurrieron al Tribunal Supremo, pero éste les desoyó. Incluso sabían, de antemano, cuáles serían los resultados del reparto.

Al no haber tenido respuesta positiva dentro de las fronteras españolas desde la UNEF han anunciado que la batalla legal la llevarán a la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea. Allí exigirán que se repita la subasta y que se lleve ésta en igualdad de condiciones ya que la energía fotovoltaica llegó a ofertar el mismo precio que la eólica y, aún así, se dio preferencia a la segunda, dejando sin opciones a la energía solar, que es mucho más fácil y económica de instalar, lo que hace que esté al alcance de cualquiera.

Source: The PPP Economy

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