Bruselas aparca, otra vez, la propuesta energética de Sánchez


El Consejo Europeo habló de las cuestiones del precio del gas como pedía desde hace semanas el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pero ha dejado para un Consejo de ministros de la semana que viene el inicio del debate entre los ministros de Economía y para la cumbre de diciembre la posible adopción de medidas concretas. El presidente español vino a Bruselas con mucho ímpetu y con la satisfacción de que se haya escuchado su petición de incluir este asunto en el orden del día de la reunión, pero no ha logrado la ayuda que esperaba para aliviar una situación que afecta a todos los países.

Nada más llegar, Sánchez pidió reunirse por separado con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y con el del Consejo, Charles Michel, para tratar de dirigir el debate en la reunión que duró toda la tarde. No consta si les explicó que él había adquirido el compromiso público de devolver el precio medio de la electricidad a niveles del año pasado antes de que acabe 2021, pero a juzgar por el resultado de las deliberaciones que afectan a todos los países de forma diferente y son percibidas de manera desigual. Para Polonia y los países del Este, se señala directamente a Rusia y sus supuestas maniobras especulativas con el precio del gas. Francia mira también a Rusia con muchas críticas por el tema de la energía, pero al mismo tiempo goza de una ventaja formidable respecto a los demás países gracias a su parque de centrales nucleares que no se ven afectadas por las turbulencias en los mercados energéticos mundiales. Alemania, que es no solo el principal país de la UE sino también el primer cliente del gas ruso y que está a punto de inaugurar un soberbio gasoducto directo, no participa prácticamente en los debates porque la canciller Angela Merkel, que asistía a su Consejo Europeo número 107 -un récord absoluto- estaba ayer de despedida y no puede tomar decisiones que comprometan la dirección política de su sucesor.

A su llegada a la sede del Consejo, Sánchez ya explicó que «el aumento del precio de la energía no solo ocurre en España, sino que afecta a todos los países y por eso hemos solicitado al presidente del Consejo y a la de la Comisión que viéramos de qué manera se puede actuar a nivel europeo». Sánchez insiste en la posibilidad de alentar las compras conjuntas de gas como ha hecho la Comisión con las vacunas, pero los expertos responden que es una posibilidad muy compleja, primero porque hay muchas diferencias en las políticas de compra de cada país y porque no existen suficientes infraestructuras de almacenamiento o de interconexión para que fuera eficiente esta fórmula. Sánchez insiste en que es el precio del gas el que «distorsiona» el de la electricidad y aún ha pedido a la Comisión que «vigile la especulación que se puede producir en los mercados de emisiones de CO2» que ya están controlados por el ejecutivo comunitario.

Y aún teniendo en cuenta esta premura, Sánchez tendrá que esperar al informe que la Comisión ha pedido a la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) para determinar qué se puede hacer para mitigar los precios y que no estará disponible hasta mediados del mes que viene. «El objetivo es seguir avanzando el debate, y que en diciembre volvamos a ver el tema. Al Gobierno de España le gustaría ir mas rápido, en Bruselas se avanza mas lento de lo que deseamos, pero seguimos avanzando».

A pesar de estas consideraciones, lo cierto es que en el proyecto de conclusiones no han cambiado mucho las cosas. El consenso está bastante centrado en el paquete de medidas que propuso la semana pasada la Comisión y que ahora le parecen «útiles» a Sánchez, para tratar de ayudar a los consumidores más vulnerables y a las empresas, aunque por ahora no las ha puesto en práctica más que parcialmente. El Consejo insiste en que estas medidas han de quedar bajo vigilancia y han de ser reversibles pero «invita a los gobiernos» a que las utilicen. Todo lo demás son ideas a futuro, que la Comisión y el Consejo consideren medidas a medio y largo plazo que garanticen la energía a un precio asequible para los hogares y las empresas, que aumenten la resiliencia del sistema energético de la UE, que proporcionen seguridad de suministro y que apoyen la transición a la neutralidad climática. También se pide al Banco Europeo de Inversiones que estudie cómo acelerar la inversión en la transición energética, «dentro de su margen de capital actual». Es decir, sin hacer nuevas inversiones. Y el trabajo empezará en la reunión extraordinaria del Consejo de ministros de Energía el próximo martes en la que está previsto que participe Teresa Ribera.

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