«Basta con tres tipos de contratos: indefinidos, temporales y de formación»


«La reforma laboral ha sido bienvenida a nivel internacional porque, junto con otras reformas y medidas adoptadas, ha permitido que España lleve creciendo más de tres años por encima de la eurozona». Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, recuerda que la tasa de paro se ha reducido en más de ocho puntos y que se ha recuperado un 58% de los afiliados perdidos durante la crisis. Asegura que se ha ganado competitividad, que los costes laborales unitarios y márgenes se comportan mejor que en la eurozona, que la balanza por cuenta corriente muestra un superávit sostenido, y que tanto las empresas como los hogares han disminuido su endeudamiento. «La reforma y otras medidas complementarias permitieron que la tasa de destrucción de empleo empezara a disminuir a partir de 2012, situándose incluso por debajo de la existente en 2007», destaca.

Entonces, ¿por qué cree que sus oponentes pretenden derogarla?

–Creo que todos compartimos el objetivo de crear mejor empleo y de reducir el paro hasta una situación de pleno empleo, y el diagnóstico de que el desempleo es el principal problema del país. Las diferencias surgen a la hora de entender las causas y proponer medidas adecuadas. Aunque bienintencionadas, en algunos casos esas propuestas pueden terminar siendo contraproducentes.

–¿Cuáles serían los principales retos pendientes en el mercado laboral?

–Con una tasa de paro por encima del 18%, todavía queda mucho por hacer. Además, aunque la temporalidad se encuentra por debajo de la existente antes de la crisis, es la segunda más alta de la UE, después de Polonia. Hay que mejorar la eficiencia y equidad del mercado de trabajo, y la productividad del empleo.

–¿Ha llegado la hora de luchar contra la precariedad?

–Siempre hay que hacerlo. Cuanto más estable y productivo sea el empleo, menor será la precariedad.

–Pero, ¿es posible crear más y mejor empleo, al mismo tiempo?

–Es perfectamente posible. Sobre todo, si se incentiva la contratación indefinida, modernizando el sistema de indemnizaciones y mejorando la percepción de la seguridad jurídica. Hay que eliminar la dualidad entre contratos temporales e indefinidos. Cuando se crea empleo estable y productivo, mejoran la competitividad y los salarios. A pesar del paro existente, muchas empresas tienen problemas para cubrir vacantes con las cualificaciones que necesitan. El uso de plataformas con una completa información sobre vacantes de empresas y perfiles de trabajadores, la colaboración publico-privada y el análisis de grandes bases de datos (big data) deben aprovecharse al máximo para identificar ofertas de interés para empresas y trabajadores, para anticipar necesidades formativas y para que el proceso de búsqueda sea lo más eficiente posible.

–¿Hacia dónde deben encaminarse los modelos de contratación para incentivar el empleo indefinido, como exigen las autoridades comunitarias?

–Hay que simplificar la contratación para que sea más fácil y simple. Basta con tres tipos de contratos: indefinidos, temporales y de formación. La reducción de las modalidades contractuales debe complementarse con un nuevo sistema mixto de indemnización al finalizar el contrato. Una parte de este sistema provendría de una cuenta de ahorro individual (mochila austríaca), gestionada por la Seguridad Social y nutrida por las aportaciones de las empresas, por ejemplo, por un importe equivalente a ocho días de salario por año trabajado. Para que las empresas internalicen los costes del despido deberían pagar una indemnización adicional. En el contrato indefinido sería creciente con su antigüedad, hasta un máximo de 12 días por año trabajado en el despido procedente y mayor para los improcedentes. En el contrato temporal, junto con la aportación a la cuenta individual, se mantendría la indemnización fija por finalización del contrato de 12 días por año trabajado.

Source: The PPP Economy

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