Alemania explora un inesperado tesoro de litio en el Rin


De confirmarse el hallazgo, lo que las ondinas Woglinda, Wellgunda y Flosshilda custodiaban en el fondo del Rin sería litio, que en un contexto de expansión europea de la movilidad eléctrica compondría un tesoro más valioso incluso que el oro wagneriano. El papel de Wotan lo representa en este proyecto el empresario alemán y fundador de Vulcan Energy Resources, Horst Kreuter, que está seguro de que las reservas descubiertas bajo el fondo fluvial, a su paso por el suroeste de Alemania, son suficientes para fabricar las baterías de 400 millones de coches eléctricos. Estaríamos hablando de una de las mayores reservas del mundo.

«El depósito de litio del que estamos hablando es gigantesco y su naturaleza es ideal para nuestro objetivo, la obtención de litio de alta calidad a escala industrial en Alemania», dice Kreuter, que cuenta con estar produciendo en 2024 unas 15.000 toneladas de hidróxido de litio en dos plantas alemanas y con tres más a partir de 2025, en una fase de expansión que llevará a un volumen de producción de 40.000 toneladas. Espera conseguir un precio de 13.000 dólares por tonelada de hidróxido de litio para esa fecha y utiliza como reclamo, de cara a los posibles inversores, el bajo coste de extracción.

Las inversiones necesarias ascienden a 1.700 millones. Por ahora cuenta con 75 y suma el apoyo de la australiana Hancock Prospecting, su segundo mayor accionista, mientras entabla contacto con potenciales interesados en el proyecto, a los que busca entre las principales firmas automovilísticas europeas. Al fin y al cabo, ellas son las principales interesadas en prescindir de la necesidad de importar el litio desde lejanos yacimientos de África o Latinoamérica. Un portavoz de Daimler ha informado que ha habido ya un contacto con esta empresa de Karlssruhe y que la automovilística está abierta al negocio, aclarando que hasta la fecha no compra litio directamente, sino celdas de batería en las que el litio procede de América del sur y de Australia, pero que vería con muy buenos ojos la utilización de litio alemán una vez este comenzase a ser extraído por Vulcan Energy.

Capital público

Kreuter no descarta, además, atraer capital público, dado que el litio de la llanura renana podría matar dos pájaros de un tiro: la industria europea del automóvil sería menos dependiente de las importaciones y se facilitaría la expansión del coche eléctrico, uno de los principales objetivos del gobierno alemán. El litio forma parte, de hecho, de la lista de materias primas que la UE señala como de suministro necesariamente garantizado. Según las estimaciones de la Comisión Europea, Europa necesita par 2030 hasta 18 veces más del litio del que dispone en la actualidad.

Otro de sus argumentos es la escasa huella de carbono del proyecto, muy en línea también de las prioridades gubernamentales, y que los subproductos de esta actividad ayudarán a reducir los gases de efecto invernadero. Pero la extracción y producción en Alemania debería garantizar un menor consumo de agua que el de las plantas situadas en Chile, por ejemplo, donde se extrae por un mecanismo de evaporación que requiere gran cantidad de agua salada a elevadas temperaturas.

No todo, sin embargo, serán ventajas. El yacimiento se encuentra a miles de metros de profundidad y en manantiales subterráneos, abarcando un área de 300 kilómetros de largo por hasta 40 kilómetros de ancho, en la región denominada Alto Rin. La construcción de cinco centrales geotérmicas en esta zona montañosa, con densos bosques, rica fauna y pintorescos pueblos, amenaza con enfrentar una más que probable oposición local y ecologista.

Kreuter encontrará además competencia. La energética EnBW también está estudiando las posibilidades de negocio con el litio como subproducto de su planta de energía geotérmica de Bruchsal. Esta empresa de Baden-Württemberg está llevando a cabo pruebas con prototipos en una planta piloto para comprobar si la materia prima es sostenible y si tiene sentido económico, estimando un volumen de producción de 900 toneladas al año, que sería suficiente para 900 baterías. Todo esto sin contar que los procesos geotérmicos tienen sus riesgos. En 2007, aparecieron grietas en cientos de casas en Staufen, la Selva Negra, por una perforación fallida en aguas profundas. «Donde quiera que se planifiquen las nuevas plantas es necesario convencer a las autoridades e informar debidamente a la población», reconoce Kreuter, que confía en las contraprestaciones que el proyecto ofrecería a los municipios.

Source: Noticias

GrupoUnetcom