Alemania compra datos fiscales de millones de evasores con activos de Dubai


No es la primera vez que el Ministerio de Finanzas alemán se sirve de este controvertido método en la lucha contra la evasión fiscal: el pago a empleados de bancos extranjeros para obtener datos de cuentas que podrían estar evadiendo impuestos en Alemania. En este caso, ha pagado a una «fuente anónima» la cantidad de dos millones de euros para hacerse un CD con los datos fiscales de «millones de personas» que tienen activos en Dubai y que pueden estar relacionados con la evasión fiscal o no estarlo, eso es lo que los funcionarios alemanes comprueban desde febrero, fecha en la que se realizó la transacción, según ha confirmado el gobierno alemán tras publicar la información el semanario Der Spiegel. El comunicado del Ministerio de Finanzas afirma que los datos adquiridos «contienen informaciones sobre millones de contribuyentes del mundo entero, entre ellos varios miles de alemanes que poseen activos en Dubai». Es posible que haya entre ellos datos de españoles, personas o empresas con residencia fiscal en España.

El trabajo de los inspectores fiscales alemanes consiste ahora en contrastar esos datos con los de su Ministerio de Hacienda para «detectar» entre ellos «ingresos no declarados» y «patrimonio desconocido» de personas cuya intención al invertir en Dubai era evadir impuestos en sus países respectivos. Las informaciones, de hecho, ya han sido transmitidas a las autoridades fiscales de los Bundesländer para que se proceda a su examen pormenorizado. «Utilizamos todos los medios a nuestro alcance para detectar infracciones fiscales», ha justificado el ministro de Finanzas y candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) en las elecciones del próximo 26 de septiembre, Olaf Scholz. Las autoridades alemanas han garantizado, además, que los datos relativos a contribuyentes extranjeros serán «entregados a los países a los que conciernan», según otro comunicado, emitido por el director de los servicios fiscales alemanes Maren Kohllrust-Schulz.

Desde 2019, Emiratos Árabes pertenece a la lista negra de paraísos fiscales que reconoce la Unión Europea, a la que pertenecen también otros 34 países y que fue actualizada después del escándalo de los «papeles de Panamá». La UE incluye a un territorio en esa lista si su legislación le permite recibir capitales fruto de la evasión fiscal de otros países. Según fuentes independientes, como el Índice de Secreto Financiero compilado por la Tax Justice Network, Dubai es el noveno paraíso fiscal del mundo por acogida de activos.

Ya en 2012, el estado federado alemán de Renania del Norte-Westfalia (NRW) adquirió un CD similar que contenía datos de evasores fiscales con cuentas en un banco suizo Coutts, de Zúrich, por 3,5 millones de euros. El acuerdo de la compraventa de datos incluía la posibilidad de que el fisco alemán tuviese la oportunidad de comprobar por adelantado el 10% de la mercancía que estaba adquiriendo. El vendedor fue un empleado del departamento de administración de patrimonios que fue trasladado a la filial de Frankfurt y que se llevó consigo un archivo informático que ofreció a las autoridades alemanas, atentando contra la ley de secreto bancario de Suiza. El archivo contenía datos sobre unos 6.000 clientes. En aquella ocasión, la iniciativa fue motivo de una disputa diplomática, porque pagar a un empleado del banco por sacar datos confidenciales de la entidad ponía en entredicho el acuerdo fiscal alcanzado entre Alemania y Suiza, a punto de firmarse. Aquella compra la llevó a cabo el ministro regional de finanzas, Norbert Walter-Borjans, apodado en la política alemana «Nowabo», en ese cargo entre 2010 y 2017 y que desde diciembre de 2019 es el presidente del SPD junto a Saskia Esken. Nowabo respondió a las críticas en Alemania y a las protestas suizas que aquel acuerdo contenía «agujeros como puertas para los evasores de impuestos» y justificó que Bocum lleve a cabo sitemáticamente esta práctica desde 2007, aunque no siempre sean las compras de datos descubiertas por la prensa. A ese siguieron otros 10 discos repletos de datos, por un precio total de 18 millones de euros, que sirvieron para recaudar más de 5.000 millones en impuestos no pagados por más de 120.000 contribuyentes afectados. Alemania entregó además a la Agencia Tributaria española los datos de nombres y direcciones de clientes del banco con depósitos superiores a 100.000 francos suizos, unos 91.000 euros, lo que permitió poner el foco en 8.665 millones de euros depositados en 2006 y 6.658 millones depositados en 2008.

Otro de los casos publicados fue la compra de un CD con datos de clientes alemanes de UBS, concretamente 750 fundaciones y 550 particulares. Tan solo las fundaciones, según se dedujo de aquellos datos, habían defraudado al fisco alemán 204 millones de euros en impuestos. Según los cálculos que hizo entonces el jefe del Sindicato Fiscal Alemán, Thomas Eigenthaler, contribuyentes alemanes tienen depositados en Suiza unos 150.000 millones de euros de dinero negro.

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