Acuaponía, el circulo perfecto del cultivo integrado con peces y plantas


La acuaponía se va convirtiendo, poco a poco, en una alternativa para pequeños productores y consumo local. No es un término que nos resulte familiar, como ya lo son la acuicultura o la hidroponía, aunque precisamente tiene algo de ambos sistemas de producción (no se trata de una simple unión). Es decir, se trata de un cultivo integrado de vegetales con peces de agua dulce. En España, al igual que en el resto de Europa, se empezaron a realizar los primeros proyectos e iniciativas de acuaponía hace poco más de una década. Las primeras investigaciones, así como los primeros usos confirman que se trata de una novedosa forma de cultivo segura y respetuosa con el medio ambiente.

¿Cómo funciona un sistema acuapónico? La acuaponía busca un sistema de cultivo que trabaje en ciclos a imitación de la naturaleza. El primer paso sería poner agua en un tanque, «que pasadas unas semanas, de manera natural, se llena de bacterias», indica Juan

Antonio López, director del Aula de Mar, en Málaga. Se colocan peces alevines (crías recién nacidas) a los cuales se les da de comer piensos ecológicos, y plantas, ya sea en semillas o un vivero ecológico. «Las bacterias son las que convierten los residuos de los peces en nitratos, el único compuesto que la planta asimila. Se va buscando el equilibrio entre plantas y peces ya que, para alimentar a una tilapia, por ejemplo, hacen falta 20 pimientos», añade el experto. Las plantas depuran el agua que retorna al tanque de peces en condiciones adecuadas. En todo este sistema, las bacterias son el motor del sistema.

Este tipo de sistemas no se aconseja para grandes producciones sino para «proyectos familiares, de autoconsumo y consumo local», indica Juan Antonio López. Recuerda que hablamos de un producto de calidad pero que si no se vende por 10-15 euros el kilo, «se está perdiendo dinero». No se trata de un producto que pueda competir por precio con el pescado que viene de China, por ejemplo. «Vendes calidad, es un producto sostenible que tiene muchas ventajas a nivel de la salud», resalta.

Proyecto europeo

El Centro Integrado de Formación y Experiencia Agraria (CIFEA) Torre Pacheco, en Murcia, ha formado parte de un proyecto europeo en acuaponía con varios países. «La idea de la acuaponía es ser un circuito cerrado donde el agua se reutiliza constantemente. Tiene que pasar de los peces a las plantas y luego vuelve a las plantas. Ambos utilizan los desechos del otro para que el agua no esté contaminada», subraya Plácido Varó, su director. «Desde el punto de vista de la economía circular es muy sostenible. Utiliza poca agua y todo se reutiliza», matiza. Se han ido creando tanques de mayor tamaño, con mayor número de peces, y los resultados han sido muy satisfactorios. «Creo que es un modelo muy válido para comedores sociales, campos de refugiados, hospitales… Es un producto de calidad y frescura», puntualiza. Reconoce que todavía no se conoce demasiado y que hace falta ir adaptando el sistema a las necesidades de cada producción. Resulta un sistema igualmente atractivo por no necesitar una inversión elevada.

Ya se van conociendo algunso ejemplos del uso de este sistema. Por ejemplo, Diego Gallegos, chef de Sollo, un restaurante ubicado en Fuengirola, lleva cinco años utilizando un sistema acuapónico. A través de él consigue el 90% de los productos que utiliza para elaborar su menú. Fue en un congreso de acuaponía celebrado en Málaga cuando empezó a interesarse por este método y empezó a trabajar con Aula del Mar y Huerto Lazo. «Hicimos primero un tanque pequeño y después comenzamos a producir con bastante cantidad. Construimos un invernadero y en estos momentos tenemos una piscina de 10000 litros en la que se produce media tonelada de pescado al mes». Toda una aventura empresarial en torno al círculo perfecto de la sostenibilidad.

Una experiencia única

En el restaurante Sollo crían una gran variedad de peces y plantas a través del sistema acuapónico. Piraña, tenca, yambú, algas, hinojos, lechugas, berenjenas y tomillo son algunos de los productos habituales en este local. «Este restaurante tiene 14 comensales y el precio medio es de 230 euros por persona. Los comensales no vienen aquí por el lujo sino porque es una experiencia única, con pescados diferentes», explica su chef, Daniel Gallegos. Este cocinero no para de innovar y siempre está investigando nuevas especies de peces con las que sorprender a sus comensales. También quiere ser una referencia para las empresas que decidan invertir en este modelo tan sostenible.

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