A la OCDE no le salen las cuentas


El último informe de la OCDE sobre perspectivas de crecimiento tiene una palabra clave que se repite a lo largo de todo el documento: «debilidad». Según sus propias conclusiones, el organismo no contaba con un frenazo tan acentuado en las economías emergentes, sobre todo de China, ni con la falta de iniciativa de los países occidentales, cuya incertidumbre lastra la confianza del resto. Así, una vez más, la OCDE rebaja sus previsiones de crecimiento del 3,3% en 2016 al 2,9% del PIB. El documento destaca un aumento del riesgo y de la vulnerabilidad como principales causas del cambio en el escenario económico, en referencia al mismo documento elaborado en junio del año pasado. Respecto a EE UU, las previsiones siguen siendo bastante optimistas, aunque siempre dentro de la prudencia tras los últimos resultados macroeconómicos. Según el organismo, la economía estadounidense crecerá un 2,5% este año y un 2,4% en 2017, principalmente impulsada por la recuperación en el mercado de la vivienda. La Unión Europea sigue la misma tendencia, empujada por las medidas en política monetaria y los bajos precios del petróleo, con unas expectativas de crecimiento del 1,8% en este ejercicio y del 1,9% en el siguiente.

Las economías asiáticas, como principales representantes de las emergentes, son las que peor paradas salen en el informe. Los decepcionantes datos de Japón el año pasado, debido principalmente a una importante caída del consumo, dejan cierta sensación de incertidumbre sobre el gigante nipón. La OCDE prevé un crecimiento de tan sólo el 1% para el próximo año y una nueva ralentización, hasta el 0,5%, durante 2017. China es sin duda la gran preocupación de cara al futuro. El organismo espera un crecimiento de su Producto Interior Bruto del 6,5%, poco para lo que nos ha tenido acostumbrados en los últimos años.

Source: The PPP Economy

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